El PP catalán hunde a Aragonés por boicotear al Rey con "efecto boomerang"

Una vez más, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha sido humillado en plena sesión del Parlamento catalán por el líder del PP catalán, Alejandro Fernández. En su turno de palabra, el   popular ha hecho un repaso de las últimas acciones del gobierno independentistas, que estos días ha plantado al Rey Felipe VI en actos oficiales, como el último de la visita a la fábrica de SEAT en Martorell. 

Un gesto que, lejos de ayudar a los catalanes, solo pone en riesgo miles de puestos de trabajo, ya que a el Jefe del Estado visita estas empresas para consolidarlas en beneficio de la sociedad y el desplante solo aumenta la incertidumbre y el malestar en la comunidad. “El presidente del comité de empresa de SEAT, ha denunciado que las propuestas de la Generalitat en relación de la instalación de la planta de baterías habían llegado demasiado tarde”, ha explicado Fernández. 

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Y es que ese proyecto fallido que no ha acabado en Cataluña por culpa del independentismo tiene, en parte, mucho que ver con los desplantes constantes del secesionismo a España: “No son las únicas expresiones en ese sentido. De nada sirven los discursos grandilocuentes sobre reindustrialización, si luego no se crea un clima favorable para la misma. Hay una cuestión política que sobrevuela el asunto. Los gestos, la confianza y la fiabilidad institucional”.

“Soy incapaz de determinar el porcentaje exacto de responsabilidad que se puede atribuir a esta decisión de SEAT (de no invertir en Cataluña), el boicot que ustedes hicieron a la visita a la fábrica por parte del Rey. Pero ya les digo yo que eso no ayuda. Es más, esos desprecios, se pagan”, ha advertido el popular. 

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Y es que Fernández cree que detrás de la mala educación, hay unas consecuencias terribles para Cataluña: “Creyendo que boicoteaban al Rey de España, a quien en realidad boicotearon y despreciaron es a SEAT, y aún peor, a sus 15.000 trabajadores y respectivas familias en Cataluña. Es la suya una actitud prejuiciosa, preadolescente e incompatible con el bien común, porque un buen gobernante jamás pone sus prejuicios ideológicos por delante del bien común. Incluso sacrifica su posición personal al servicio de la comunidad”.

Un repaso de libro que culminó con una reprimenda al gobierno independentista poniendo de ejemplo la actitud del PP, que aunque no le guste Aragonés, lo respeta: “Cuando usted a principio de legislatura me citó a su despacho, acudí. ¿Se cree que me hizo mucha gracia acabar posando con usted? Pero es el presidente de la Generalitat, aunque a mi no me guste, por eso fui a cumplir mis obligaciones institucionales. Pues usted debería haber exactamente lo mismo. ¿O se cree usted distinto?”.