El dilema del Rey: la razón por la que Felipe VI camina sobre "arenas movedizas"

Como adelantó ESdiario, en el Palacio de la Zarzuela hace ya varias semanas que el equipo de asesores del Rey diseñó su plan de contingencia ante un resultado en las urnas que abocase al bloqueo político o a un escenario diabólico por la aritmética del nuevo Congreso.

Pero, a pesar del trabajo ya hecho con consultas a los más reputados juristas y constitucionalistas, una creciente sensación de vértigo se ha instalado en la Casa Real conforme se acerca la fecha para que Felipe VI entre en escena: el próximo 21 de agosto, una vez que el 17 queden conformadas la nuevas Cortes Generales.

El arriesgado "papelón" del Rey: Sánchez le empuja a avalar una anomalía histórica

Con la Constitución en la mano, no son los candidatos partidistas quienes se promueven para la investidura a presidente. Solo el Monarca, previa audiencia a los portavoces parlamentarios, tiene la potestad para encargar el trámite. Y ahí radica el dilema que sobrevuela el despacho del Jefe del Estado, no resuelto en el artículo 99 de la Carta Magna.

Expertos consultados por ESdiario discrepan sobre proceder de Su Majestad. Unos creen que si Feijóo no se autodescarta, en su calidad de candidato más votado debería recibir el encargo de Felipe VI. Aunque el trámite sea fallido, vista la falta de apoyos necesarios, quedaría activado así el reloj constitucional para una posible repetición electoral o abriría el camino a una segunda investidura con el actual presidente como protagonista.

Los juristas discrepan sobre si Felipe VI debe encargar la investidura a Feijóo, pese a ser el candidato más votado, si constata que no reúne apoyos suficientes para superar el trámite

Pero otros expertos sostienen que el Rey podría no encargar a Feijóo la investidura y hacerlo directamente con Pedro Sánchez, si en la ronda de audiencias constata que el líder del PSOE sí podría llegar a la suma de 176 escaños o , en segunda vuelta, a la de más síes que noes.

El problema radica más que en el trámite, en el coste a la imagen de estricta neutralidad del Monarca. Porque saltarse a Feijóo y encargar la investidura a Sánchez -si el no se descartara expresamente- podría dar la sensación de que Felipe VI toma partido por uno de los bloques. Por eso, la investidura es, antes que nada, el gran dilema del Rey.