| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Pedro Sánchez y Pere Aragonés
Pedro Sánchez y Pere Aragonés

Sánchez y Aragonés cambian sus "cromos políticos" para mantenerse en el poder

El acercamiento de Aragonés a Sánchez escogiendo a cercanos del PSC para ocupar las consejerías hasta ahora de Junts responde a un “quid pro quo” político.

| Esther Jaén España

Esther_Jaen

Si algo ha quedado claro tras la salida del Gobierno de Cataluña de Junts, tras la ruptura de relaciones con ERC y su presidente, Pere Aragonés, es que al Procés le han dado matarile definitivamente. No significa eso que el independentismo haya desaparecido, ni mucho menos, pero sí que anda de capa caída y que ese 52% del independentismo que se sienta en los escaños del Parlament ha partido peras. Ya lo decía Pedro Sánchez a los suyos: divide y vencerás. Con el independentismo dividido, cualquier gobierno de España sale fortalecido. 

No se trata de una victoria, pero a Pedro Sánchez le vale para contabilizar dentro del “haber” de su balance de legislatura la pacificación del avispero catalán, aunque eso haya implicado hacer la vista gorda con cuestiones como el cumplimiento de las sentencias en materia lingüística. Sin embargo, a Pedro Sánchez la ruptura del gobierno en Cataluña le reporta otros beneficios de forma inmediata. 

A nadie se le escapa la salida rauda del primer secretario del PSC, Salvador Illa, en defensa de la estabilidad institucional en su territorio. Sus 33 escaños, sumados a los de los Comunes, alineados en su mayoría con el proyecto de Yolanda Díaz, le proporcionan al President Aragonés una mayoría tranquila para gobernar y, en concreto, para aprobar sus presupuestos. Esa será la prueba del algodón para el gobierno de ERC, en solitario, sin coaliciones de gobierno que complicarían la vida a ERC, en puertas de las elecciones municipales y autonómicas. 

Pero la prueba del algodón es un quid pro quo, en realidad, entre Sánchez y Aragonés. Ex socios de gobierno y oposición claman en Cataluña por un adelanto electoral o, en su defecto, la necesidad de que el President se someta a una cuestión de confianza, que vendría muy bien a los demandantes de semejante medida para, en el caso de Junts y la CUP, acusar a ERC de haberse “vendido” a los “españolistas” de PSC y Comunes, mientras que para PP, Vox y Ciudadanos el salvavidas que supondría el apoyo del PSC y los Comunes a Pere Aragonés, sería la prueba palmaria de que los socialistas se han vendido al independentismo. 

Por eso, la fórmula por la que va a apostar Pere Aragonés será la aprobación presupuestaria. ¡Qué mayor prueba de estabilidad! Lógicamente, Aragonés tendrá los votos de PSC y los Comunes. Y el argumento que sirve a Aragonés, vale también para Pedro Sánchez, quien ya se frota las manos contabilizando los 13 votos de ERC para sacar adelante las cuentas del Estado para 2023.

Siempre se ha dicho que los miembros de ERC tienen dos almas: la independentista y la de izquierdas y, en este momento y dada la coyuntura económica y la crisis que viene, los de Oriol Junqueras van a apostar sin complejos por la confrontación  derecha/izquierda, visto que la vía soberanista, independentista y secesionista fue “una ensoñación”, según los tribunales y una “gran estafa” a juicio de un buen número de catalanes de buena fe que creyeron las “trolas” que les contaron. 

A fin de cuentas, si Pedro Sánchez ha sido capaz de gobernar el país y aprobar puntualmente presupuestos generales cada año con 120 escaños de los 350 que componen el arco parlamentario, Aragonés bien puede gobernar Cataluña con los 33 que tiene, de los 135 totales. Juntos, pero no revueltos, que luego vienen las elecciones municipales y autonómicas y habrá que afrontarlas “a cara de perro” antes de volver a pactar tanto como puedan, Aragonés y Sánchez van a superar sus respectivos compromisos y a agotar sus respectivas legislaturas. A la fuerza ahorcan.