Fumata blanca en el CGPJ: Tolosa y Segoviano elegidos para el TC por unanimidad

Fumata blanca y pie en pared frente al asalto de Moncloa al Tribunal Constitucional. Los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han elegido este martes por unanimidad en su segunda votación a los dos magistrados que les corresponde designar para el Tribunal Constitucional: el magistrado del Tribunal Supremo César Tolosa y la magistrada jubilada del mismo órgano, María Luisa Segoviano; ambos propuestos por el ala conservadora del órgano de gobierno de los jueces.

El TC reitera la suspensión de la votación al rechazar el recurso del Senado

Hasta ahora, el equilibrio de fuerzas en el CGPJ -con 8 vocales progresistas y 10 conservadores- había hecho imposible el acuerdo. En la votación del 20 de diciembre, los dos nominados por el sector mayoritario, Tolosa y Pablo Lucas, obtuvieron 10 votos, mientras que Bandrés (el candidato promovido desde Moncloa) logró 7, porque Enrique Lucas se abstuvo.

La elección de la magistrada María Luisa Segoviano ha desatascado al CGPJ.

Para la fumata blanca eran necesarios 11 síes, algo que hasta ahora no había sido posible porque los vocales habían votado en bloque y ninguno se había descolgado para cambiar el equilibrio.

Las reglas vigentes imponen una mayoría de tres quintos para enviar candidatos al Constitucional y permiten que cada uno de los 18 vocales que actualmente forman el CGPJ proponga y vote a dos aspirantes.

Trayectoria de Tolosa

Tolosa, propuesta de inicio del ala conservadora, nació en 1957 en Santa María la Real de Nieva (Segovia) e ingresó en la carrera judicial en 1982. Tuvo su primer destino en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Molina de Aragón (Guadalajara), y en 1984 ascendió a magistrado y fue destinado al Juzgado de Instrucción número 5 de Palma de Mallorca.

Según recoge su currículum, publicado en la web del Poder Judicial, ese mismo año ingresó en el Cuerpo de Magistrados de Trabajo y ejerció en la Magistratura número 1 de Santander hasta 1990. Posteriormente fue magistrado de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria y, desde 1993, presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de ese mismo órgano judicial.

En 2004 fue elegido presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, cargo en el que permaneció hasta su nombramiento para el Tribunal Supremo.

La salida de Tolosa de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo afecta el funcionamiento de esta Sala, que cuenta ya con un déficit de 10 magistrados; es decir, que en la actualidad está integrada por 23 magistrados en lugar de los 33 que debería tener -32 más el presidente-. De cara al próximo año, la situación en esta Sala podría empeorar, ya que el 27 de marzo se jubilará también Inés Huerta.

Al TC tras la jubilación

María Luisa Segoviano, que dejó la presidencia al frente de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo en octubre tras jubilarse, ocupará ahora uno de los dos sillones del Constitucional cuya designación corresponde al CGPJ. Fue la primera mujer en ser presidenta de Sala del Alto Tribunal.

Segoviano ingresó en la judicatura en 1987 y su primer destino fue el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Bilbao. Dos años después, fue destinada al Juzgado de lo Social número 1 de Valladolid, donde permaneció hasta 1996, año en el que fue nombrada presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

En ese cargo permaneció hasta 2006, momento en el que es nombrada magistrada de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo.

Moncloa ataca al PP

Tras conocerse el desenlace en el CGPJ, el Gobierno ha aplaudido el acuerdo, atacando al PP por "bloquear" y "dañar" las instituciones del Estado, y recordando que ahora habrá mayoría progresista de siete magistrados frente a cuatro de sensibilidad conservadora, según han señalado fuentes gubernamentales.

En este contexto, el Gobierno ha valorado muy positivamente este movimiento de los vocales del CGPJ, destacando que ha cumplido sus obligaciones, la ley y la Constitución, pese al retraso de más de tres meses y el "bloqueo provocado por el PP".

Eso sí, el Ejecutivo ha expresado su deseo de que este nuevo Tribunal Constitucional vuelva a "recuperar el prestigio, la objetividad y la credibilidad dañadas" tras la decisión de paralizar las enmiendas en la tramitación de la reforma del Código Penal.