| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Los 13 errores más afortunados de la gastronomía

Algunos de los platos más famosos del mundo nacieron por casualidad. Accidentes, equivocaciones o prisas de última hora, han originado recetas que se han convertido en clásicas

| Begoña Tormo Gastronomía

La historia de la cocina está llena de errores. Por desgracia, la mayoría de ellos acaban con humo, ingredientes echados a perder, y, en los peores casos, daños personales o muertes. Pero unos pocos consiguen convertirse en éxitos, gracias a la suerte o a la casualidad. Verdad o leyenda (porque hay mucha leyenda en esto…), repasamos 13 errores que acabaron siendo bocados míticos.

1 PATATAS SOUFFLÉ

Las patatas soufflé nacieron gracias a un retraso. Todo ocurrió el 24 de agosto de 1837, durante la inauguración de una línea férrea entre París y Saint-Germain-en-Lay (Francia). Entre los actos de celebración, estaba previsto un banquete para los asistentes, pero el tren se demoró, y el cocinero encargado de la comida, llamado Jean-Louis Françoise Collinet, tuvo que posponer el servicio. Al parecer, retiró las patatas que estaba friendo cuando estaban aún a medio hacer, y, volvió a introducirlas en el aceite hirviendo cuando el tren, por fin, llegó a la estación, obteniendo ese inesperado bocado, hueco y extra crujiente. Su éxito fue tal que el mismísimo Luis Felipe I de Orleans felicitó a Collinet, y desde entonces, su receta se considera una de las guarniciones más sofisticadas y deliciosas que se pueden elaborar a base de patata.

2 PATATAS CHIPS

La leyenda más extendida sobre la invención de las patatas chips nos sitúa en un restaurante llamado Moon´s Lake House, en Saratoga Springs (Nueva York), en el año 1853. Un cliente, llamado Cornelius Vanderbilt se quejó de que sus patatas fritas eran demasiado gruesas y no estaban suficientemente hechas, por lo que las devolvió a cocina. Al cocinero del local, un tal George Speck Crum, no le gustó el gesto y decidió dar un escarmiento al exigente comensal, cortando unas patatas en láminas extra finas y friéndolas hasta que estuvieran bien crujientes. Sin embargo, el resultado entusiasmó a Vanderbilt, que se convirtió en el cliente más fiel del establecimiento y en su mayor prescriptor. 

3 GANCHITOS DE QUESO

Para entender el origen de los ganchitos (o gusanitos, o cheetos… o como queramos llamarlos), hay que remontarse a los años 30 del siglo pasado. Un ingeniero llamado Clair Matthews tenía por entonces una empresa llamada “Flakall Corporation” en Wisconsin, dedicada a la elaboración de piensos para animales. La máquina que molía el maíz tenía un problema: se atascaba y sobrecalentaba con frecuencia, por lo que los operarios introducían maíz humedecido para intentar desatascarla. La pasta de maíz sometida a altas temperaturas y presión generó unas bolas de pasta que, a uno de esos operarios, Edward Wilson, se le ocurrió freír y “aliñar” con queso deshidratado, dando como resultado el famoso aperitivo que todos conocemos.  

4 CORN FLAKES

Vamos con otro producto elaborado a base de maíz, y también, fruto de la casualidad. Aunque está muy extendido que los corn flakes fueron ideados en 1906 por el doctor John Harvey Kellogg (un tipo racista y esperpéntico), en realidad, se trata de un invento en dos fases, puesto que Kellogg se inspiró en algo que otro médico, James Caleb Jackson, había creado 43 años antes. El producto en cuestión era una especie de galleta que no se rompía cuando se mojaba en leche. Kellogg, que pensaba que casi todos los males del cuerpo venían de una mala alimentación (y del sexo), quería crear un alimento vegetal y digestivo y, aprovechando la idea de Jackson acabó dando con los famosos copos de maíz que hoy en día desayunan millones de personas en el mundo. 

5 CRÊPES SUZETTE

Hay varias teorías sobre la creación de este plato, pero la más extendida atribuye su paternidad a Henri Charpentier, maître de un conocido restaurante de la Costa Azul a finales del siglo XIX. Aunque muchos lo ponen en duda, el propio Charpentier defendió en sus memorias que la receta surgió cuando estaba preparando un postre para el mismísimo Príncipe de Gales (que luego se convertiría en Eduardo VII de Inglaterra). Al parecer, un descuido hizo que se vertiera en la sartén un chorro de licor y que se prendiera fuego, pero, a pesar de todo, el camarero decidió servírselo al distinguido comensal, a quien le encantó. Todo es bastante difícil de creer (la Larousse Gastronomique también cuestiona esta historia), pero lo que está claro es que el nombre de la receta viene de aquella anécdota, ya que el príncipe decidió bautizar el plato con el nombre de una joven que aquel día lo acompañaba. 

6 TARTA TATIN

La tarta Tatin (pronúnciese “tatán”), es uno de los postres más emblemáticos de la cocina clásica francesa, y, parece ser que también fue fruto de un descuido en la cocina. El despiste en cuestión lo tuvieron dos hermanas llamadas Caroline y Stephani (y evidentemente apellidadas Tatin), que regentaban un pequeño hotel en la localidad de Lamotte-Beuvron, que, por cierto, sigue existiendo, y sirviendo este famoso postre. Se cuenta que, al intentar preparar una tarta de manzana común, olvidaron colocar la base de pasta quebrada y que, al reparar en su error, decidieron poner la masa por encima de la fruta ya cocida. El resultado fue la “tarta invertida” que todos conocemos en la actualidad y que puede elaborarse, no sólo con manzanas, sino con casi cualquier fruta. 

 

7 BROWNIES

La repostería es una disciplina en donde cualquier error se paga caro. Una ligera variación en la cantidad de un ingrediente, y por supuesto, la omisión de un elemento concreto de la receta, puede dar un resultado completamente distinto al esperado. Y el ejemplo más claro lo tenemos en los brownies. La historia más extendida sobre su origen cuenta que nacieron cuando la cocinera de un hotel de Chicago olvidó poner levadura en el bizcocho de chocolate que estaba haciendo en algún día de 1893. La verdad es que esta teoría “hace aguas” por todas partes, pero la idea está tan implantada, que no podríamos de dejar de incluirla en esta lista.  

8 COOKIES DE CHOCOLATE

Otra historia de dulces americanos… Esta nos lleva a la localidad estadounidense de Whitman (Massachusetts), y cuenta que, en 1939, una cocinera llamada Ruth Wakefield estaba elaborando unas galletas de chocolate. Se conoce que no tenía cacao, o que le dio por innovar, pero el caso es que, en lugar de seguir la receta habitual con cacao en polvo, decidió añadir a la masa trocitos de chocolate, esperando que estos se fundieran en el horno, pero, en lugar de eso, consiguió unas deliciosas pastas con “chispas” de chocolate que rápidamente triunfaron entre su clientela, y se extendieron por todo el mundo. 

9 CHIMICHANGAS

Las chimichangas son uno de los platos más populares de la cocina Tex-Mex. En pocas palabras, se trata de un burrito que se fríe en aceite o manteca. Y, por supuesto, hay una historia, accidente mediante, que explica su invención. Tampoco hace falta ser un lince para imaginar que, en esa historia, a algún cocinero un poco torpe, o que iba con prisas, se le cayó un burrito que acababa de preparar en la freidora… Y así nació la chimichanga. Pues así es. No sabemos el nombre del cocinero, pero sí que hay dos restaurantes (ambos en Arizona), que se adjudican ser cuna del plato: el Macayo, en Phoenix, y el Café El Charro, de Tucson. 

10 MILANESA A LA NAPOLITANA

La milanesa a la napolitana tiene un origen curioso. Habría que empezar diciendo que este plato es una variante del popular escalope a la milanesa (que tendría su origen en la “cotolleta alla milanese”), pero que no se inventó ni en Milán, ni en Nápoles, sino en Argentina. Concretamente en la capital, y más concretamente aún, en un restaurante llamado Nápoli, ubicado frente al estadio bonaerense de Luna Park. La versión más bizarra es que el propietario del establecimiento, un cocinero llamado Jorge La Grotta quemó por descuido una milanesa que un cliente había pedido y, para arreglar el desaguisado cubrió el filete empanado con salsa de tomate y queso mozzarella. La familia del creador defiende que fue algo intencionado y que lo que La Grotta pretendía era fusionar la cocina italiana con la argentina, creando una especie de “pizza de milanesa”. Sea como sea, lo cierto es que este plato es uno de los más populares en toda Argentina. 

11 CUCURUCHO DE HELADO

Cuando vemos una cremosa bola de helado sobre un crujiente cucurucho de barquillo, nos parece una combinación tan natural y perfecta, que puede darnos la sensación de que nacieron juntos, pero no es así. Mientras que el “helado moderno” surgió en el siglo XVII de la mano de un italiano llamado Francesco Procopio dei Coltelli, el barquillo es muy anterior (algunos creen que surgió en los inicios del cristianismo). Sin embargo, el “match” entre ambos, ocurrió durante la Feria Mundial de St. Louis (Missouri). Si damos por buena esta historia, tenemos que creer que un vendedor de helados de la época se quedó sin las tarrinas en las que vendía su producto, y pidió ayuda a un vecino de puesto que ofrecía una especie de láminas de barquillo. Ernest Hamwi, que es como se llamaba el vendedor de dulces, formó un cono con los barquillos aún calientes, y se lo pasó a su compañero. No hace falta decir que la idea fue todo un éxito, y que, desde ese momento, el cono de barquillo ha sido una de las formas más populares de comer helado en el mundo. 

12 POLOS

Ya que estamos en el apartado de “dulces congelados”, tenemos que mencionar la historia de los polos, porque también surgieron como consecuencia de un despiste. Un día de invierno de 1905, un muchacho llamado Fran Epperson quería hacerse una bebida refrescante con un preparado en polvo pero, al parecer, dejó el trabajo a medias. Al día siguiente, cuando salió al porche de su casa, vio que la bebida se había congelado, atrapando el palo con el que la había removido. Nació así el “Epsicle” (bautizado por el propio muchacho), que luego se llamaría “Popsicle” (polos en España), y del que se han vendido millones y millones de unidades desde entonces. 

13 FIDEUÁ

Terminamos este listado de “afortunados errores gastronómicos” con un plato muy nuestro: la fideuá. Todo indica que esta receta nació a bordo de un barco en el Mediterráneo. Al parecer, el cocinero tenía todo preparado para hacer una paella para sus compañeros, cuando descubrió que no quedaba arroz. El avispado marinero decidió sustituirlo por fideos, dando origen a un plato que se ha convertido en el más emblemático de la gastronomía del municipio valenciano de Gandía.