| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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13 platos para celebrar Acción de Gracias

En Estados Unidos, Acción de Gracias es la fiesta familiar por antonomasia. Y, como ha ocurrido con otras muchas tradiciones americanas, el “Thanksgiving Day”, ha acabado por llegar a España

| Begoña Tormo Gastronomía

Es una escena que hemos visto retratada en infinidad de series y películas: esa familia modélica (o no tanto), reunida en torno a una mesa para celebrar Acción de Gracias; el día en que más desplazamientos se producen en el país para reunirse con la familia y que es un icono cultural de los Estados Unidos. Como otras fiestas de tradición norteamericana, la que nos ocupa ha conseguido hacerse un hueco en las celebraciones de quienes se apuntan a todo, pero, si se hace, hay que hacerlo bien, así que aquí van unas cuantas recomendaciones. Todos tenemos claro que el pavo tiene que estar sí o sí en el menú, pero, si se quiere emular esta cena tan especial, hay otros elementos que no pueden faltar. Repasamos los platos más típicos del “Thanksgiving Day”, que se celebra el cuarto jueves de noviembre (y que este año cae en el día 23). 

1 PAVO ASADO 

El eje central de esta celebración, y en torno al cual giran el resto de platos es, por supuesto, el pavo. Hay que recordar que Acción de Gracias sirve para recordar un banquete que los primeros colonos, o peregrinos, celebraron con los indios Wampanoag, para agradecer la primera cosecha que obtuvieron en la colonia de Plymouth (Massachusetts), en 1621. Por aquel entonces se asaron aves salvajes, entre las que probablemente había pavos salvajes, por lo que, este plato es imprescindible en la celebración. Curiosamente, y según “Smithsonian Magazine”, otras recetas que se sirvieron aquel día, y que eran tan o más importantes, como el venado asado, las castañas, o el caldo, se han perdido y ya no forman parte del menú típico. 

2 RELLENO

Otra curiosidad es que el típico relleno del pavo (stuffing) no se prepara, en la mayor parte de los hogares, dentro del pavo. Es decir que no es un relleno propiamente dicho. El más clásico está compuesto de una mezcla de dados de pan (casi siempre de molde, aunque hay quien utiliza pan de maíz casero), y un sofrito de cebolla y apio en abundante mantequilla, a lo que se añade salvia picada, una mezcla de caldo de pollo y huevos batidos, y se hornea. Es tan necesario e imprescindible en la cena como el propio pavo. 

3 GRAVY

El “gravy” es al pavo americano, lo que la salsa o el jugo es a los asados típicos españoles. La diferencia fundamental estriba en que, el “gravy” es el jugo que suelta el pavo durante la cocción, espesado con una “roux” (mezcla de grasa y harina), para elaborar una salsa más consistente. Lo ideal es utilizar para ese “roux” la propia grasa que ha soltado el asado (dejándola enfriar y separándola). Lamentablemente, en la mayor parte de las casa se elabora con caldos industriales y espesantes “de bote”. 

4 SALSA DE ARÁNDANOS

La salsa de arándanos (cranberry sauce) es otro plato obligatorio. El sabor dulce y ácido combina perfectamente con la contundencia de los asados (va maravillosamente con el cerdo), y, en el caso concreto del pavo, ayuda a “pasar” los cortes más secos, como la pechuga. La salsa casera más básica se elabora cociendo arándanos enteros en un poco de agua con azúcar, o en zumo de naranja. Hay quien le añade especias (canela, clavo, nuez moscada…) e incluso, puede añadírsele frutos secos. Y los más, como en el caso del gravy, la compran de bote. Lo bueno es que, al ser una especie de confitura, las buenas salsas envasadas tienen una calidad más que aceptable. 

5 BATATAS CARAMELIZADAS

Una de las características que tiene esta cena en todos los hogares (y restaurantes) en los que se sirve, es la necesidad de imprimir una sensación de abundancia. Por eso, es imperativo acompañar el pavo de una infinidad de guarniciones (sides). Quizá, la más tradicional sean las batatas o boniatos caramelizados (candied sweet popatoes). Para hacerlos, se cuecen los tubérculos en abundante agua, se cortan en trozos regulares, y luego se caramelizan en una sartén con mantequilla, y azúcar moreno. También es habitual hornearlos en bastones o rodajas gruesas, con una mezcla de melaza o jarabe de arce (marple syrup), mantequilla y bourbon. Y, por supuesto, una pizca de sal, y especias al gusto. Tampoco son infrecuentes recetas que para un español serían impensables, como los boniatos horneados con “marshmallows” (nubes de azúcar). 

 

6 PURÉ DE PATATAS

Aunque, como acabamos de ver, lo más tradicional es utilizar batatas o boniatos como guarnición, en muchos lugares es frecuente sustituirlos por el más familiar y sencillo puré de patatas. Lo único que hay que tener en cuenta si se anima uno a hacerlo en casa es utilizar patatas de alguna variedad harinosa, y, sobre todo, sobre todo, no utilizar nunca una batidora o robot de cocina, porque conseguiríamos una textura chiclosa, nada agradable. Para reducir las patatas cocidas a puré, lo es mejor usar un artilugio específico, un pasapurés, o si no tenemos nada de eso, un simple tenedor. No olvidar añadir una buena cantidad de mantequilla, que convertirá un plato sencillo en una receta gourmet. 

7 CAZUELA DE JUDÍAS VERDES

La pregunta que muchos se estarán haciendo es obvia: ¿Y no hay nada “verde” en esa cena? Evidentemente, tiene que haberlo. Hay varias guarniciones vegetales tradicionales para acompañar el pavo. Y, probablemente, la más común en las mesas norteamericanas sea la cazuela de judías verdes (“green bean casserole”). Hay que advertir que no suele tratarse de unas judías verdes naturales hervidas y aliñadas sencillamente. La mayoría de los estadounidenses están acostumbrados a sabores más potentes (industriales, en muchos casos), así que, para la ocasión, el plato se elabora con judías verdes de lata (de la variedad “Bobby”, que son las redondas), que se sazonan con “crema de champiñones” (también de lata), y cebolla frita. Hay incluso quien, antes de meterlo al horno, espolvorea la mezcla con abundante queso rallado. 

8 COLES DE BRUSELAS

Después de conocer la receta de la cazuela de judías verdes, habrá quien piense que ese plato no cuenta como verdura. Ahí va pues otra sugerencia, igualmente tradicional, y con menos aditivos: las coles de Bruselas. Una de las recetas más extendidas consiste en cocer las coles y saltearlas en aceite (los “foodies” utilizan AOVE), con ajo y, generalmente bacon ahumado. Otras opciones vegetales son las zanahorias cocidas y salteadas con mantequilla. 

9 GELATINAS

Las películas también nos han ensañado muchas veces lo aficionados que son los americanos a la gelatina. Normalmente, elaboran con ella vistosos moldes con frutas en su interior (algo que, por cierto, se estilaba bastante en las mesas festivas españolas en los años 70), pero, con ocasión de Acción de Gracias, estos postres (o incluso guarniciones, según sean los ingredientes), se convierten en una excusa para llevar a la mesa un plato llamativo y que suele gustar a los niños. Las llamadas “jello salads” son un “must” en muchos hogares estadounidenses. 

10 MAC & CHEESE 

Aunque los primeros colonos que llegaron en el Mayflower hubieran flipado si alguien les hubiera puesto una fuente de Mac & Cheese en la mesa de Acción de Gracias, lo cierto es que muchas familias no conciben la fiesta sin este plato (que no deja de ser unos macarrones con una salsa cremosa de queso). Puede tomarse como entrante, o incluso como guarnición del pavo. 

11 ROLLS 

Si el pan no puede faltar en una mesa española, los rolls deben estar en una mesa americana de fiesta. Son una especie de panecillos tiernos, hechos con harina, leche, y mantequilla que, en el caso concreto de esta cena, tienen por misión rebañar la salsa del pavo, o que pueden servir, al día siguiente para aprovechar las sobras en un rico bocadillo. En algunas casas, se sigue haciendo pan de maíz (elaborado en sartén), que, históricamente, tiene mucha más tradición.

12 PASTEL DE CALABAZA

Es el postre más típico de Acción de Gracias. La tarta de calabaza, o “pumpkin pie” consiste básicamente en una base de masa quebrada o pasta brisa, rellena con una crema de calabaza, dulce y especiada, y servida normalmente con nata montada. Aunque venden latas con el relleno hecho, lo ideal, si se hace en casa es asar la calabaza y mezclar la pulpa triturada con huevos, azúcar moreno, nata líquida y especial al gusto (canela, jengibre, nuez moscada, clavo, cardamomo…).  

13 PASTEL DE PACANAS

Una alternativa al pastel de calabaza que también tiene mucha tradición en Estados Unidos, especialmente en el sur, es la tarta de nueces pacanas (pecan pie). En este caso, el relleno se confecciona con una mezcla de huevos, mantequilla, y sirope de maíz, y, por supuesto, nueces pacanas, aromatizada con vainilla.