| 06 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Ana Obregón
Ana Obregón

Ana Obregón, otro torpedo sorpresa del trasatlántico "Mask Singer"

La actriz reaparece en televisión medio año después de emocionar a España dando las Campanadas junto a Anne Igartiburu.

| Milagros Martín-Lunas Medios

 

 

Pues va a ser que no. La semana pasada José Mota apostó por Ana Obregón como la famosa que se escondía tras la máscara del Flamenco en Mask Singer. Lo cierto es que estaba claro que había metido la pata hasta el corvejón. Las hechuras de la Obregón no coinciden para nada con las del Flamenco, salvo la altura, es cierto. El caso es que Ana Obregón sí estará en la segunda edición del concurso, será la investigadora invitada la cuarta gala del programa, velada en la que conoceremos la identidad de dos máscaras. Que, en cierto modo, se me antoja serán menos efectistas que las tres primeras.

Vamos de bombazo en bombazo. De La Toya Jackson a Isabel Preysler y de ahí a Esperanza Aguirre. Mira que ya nos advirtieron el día de la presentación que se habían superado en el casting de esta segunda edición. Lo que nadie se imaginaba es hasta qué punto. Lo cierto es que, de momento, ni los tuiteros han sido capaces de dar en el clavo. Las pistas de los famosos que se esconden tras las máscaras de esta segunda edición se me antojan más eclécticas. Lo sé, los investigadores descubrieron ellos solitos a Isabel Preysler, casi hacen un póker. Personalmente, al pasear por Twitter no siento las cosas tan claras como en la primera edición. Más que nada porque fue un absoluto cante.

El aldabonazo de la cuarta gala, sin duda es la presencia de Ana Obregón. La actriz reaparece en televisión medio año después de dar las Campanadas junto a Anne Igartiburu en un año marcado por la pérdida de Aless Lequio, su único hijo y recientemente la de su madre (imagino que estará grabado mucho antes).

 

Confieso que aquellas Campanadas me llegaron al alma, fueron de lo más emotivas. Aunque no puedo ni imaginar el dolor por el que está pasando la Obregón, me siento muy cercana a ella. Primipara añosa (que dirían los médicos). Valiente palabro desagradable. Madre de un hijo único y volcada en su crianza. No soy capaz de intuir ni un solo instante el dolor de algo tan inhumano y antinatura como sobrevivir a un hijo. Me duele verla, me duele leerla y le acompaño siempre en el sentimiento. Siempre. Aun cuando no me siento capaz de asumir tanto sufrimiento, aun cuando sus mensajes en las redes me roban miles de lágrimas

Fue su representante y amiga, Susana Uribarri, la que convenció a la actriz de Ana y los 7 a que se lanzara a reaparecer dando las Campanadas. Por lo visto el fichaje se estaba fraguando desde julio de 2020, pero no se publicó hasta noviembre. "Fue un sueño del mes de julio que se ha hecho realidad el 31 de diciembre y estoy muy feliz", confesó entonces la hija del inolvidable presentador a los reporteros de Europa Press.

La Obregón, vestida de blanco impoluto, con un modelo diseñado por Alejandro de Miguel, sacó fuerza de no sé donde para despedir un año tan complicado. Un año despiadado, inhumano y cruel como fue el 2020.

Ana Obregón llega a "Mask Singer"

Lo cierto es que, su presencia en Mask Singer pudiera ser algo cantado. Si practicamos la paciencia y como espectadores nos quedamos hasta los últimos créditos de esta segunda temporada, el nombre de Susana Uribarri surge entre todos ellos en calidad de co-directora de casting.

Lógicamente, no creo que tuviera el cuerpo para meterse dentro de una máscara, pero lo de reaparecer convertida en investigadora invitada le viene al pelo. Apuesto que volverá a salir de blanco. Lo supongo por aquello de mantener el luto, aunque sea un luto oriental. Apuesto también que su caché lo donará, como hizo con el de las Campanadas, a la Fundación Aless Lequio para la investigación contra el cáncer. Yo, como los Javis, apuesto, aunque ya saben que no me rapo, ni me pinto el pelo de colores. Sólo ejerzo de investigadora de sillón ball casero.

Lo que no me atrevo es adivinar qué pasará con la audiencia. Se me antoja que ni el caramelo de la presencia de Ana Obregón remonta la persecución de los robinsones hondureños de papel couché.

La relación entre Ana Obregón y Susana Uribarri

La vida tiene sus paradojas. El óxido del tiempo se suele encargar de poner a cada uno en su sitio. Siempre lo hace de la mejor manera posible. Para aquellos que no tengan cultura del colorín, Ana y Susana las súper amigas, representada y representante hoy, antaño fueron más que súper enemigas. Por culpa de un hombre. Todo un clásico. Ya sabe.

Ambas se conocen desde pequeñas. Su inquebrantable amistad pasó por un grandioso socavón de los de no te menees cuando la hija del locutor empezó a salir con Darek, el cincelado modelo polaco que venía de los brazos de la bióloga, aquella a la que el mundo del corazón apodó Antoñita la fantástica.

Las diferencias las liquidaron en 2016, casualmente cuando Susana y Darek rompieron su relación. "Creo que dos familias que han estado siempre tan unidas como la de Ana y la mía, con la amistad que han tenido siempre nuestros padres deben prevalecer", confesaba entonces Susana en una entrevista en la revista Hoy Corazón. "Atrás quedaron los malos rollos. Somos unas amigas estupendas", le contestaba la Obregón desde su revista de cabecera.

Hoy, Susana Urribarri es más que una amiga, es el báculo en el que día a día se apoya la actriz para superar sus dolorosas pérdidas y, de paso, la puerta que le abrirá el futuro televisivo. Si es que lo hubiera. Porque necesitarlo, no lo necesita. Ana, como madre, te llevas toda mi admiración.