El último vídeo más irónico de Pantomima Full muestra la realidad de los pisos

Pantomima Full, el dúo cómico compuesto por Rober Bodegas y Alberto Casado destaca, sobre todo, por buscar en temas de actualidad la trama de sus vídeos, añadiéndole su particular toque de humor, pero sin alejarse mucho de la realidad de la que hablan. En su último vídeo, que ya está disponible en su canal de Youtube y que ya se comparte por Twitter, esta pareja se ha enfrascado en la búsqueda de piso, algo que "aterra" a la juventud de ahora. 

De hecho, una de las primeras decisiones que toma una persona a la hora de independizarse es escoger entre dos vías principales, y podríamos decir que únicas: irse de alquiler o comprar una casa. Pantomima Full, precisamente, ha centrado su parodia en quienes optan por la segunda opción y que, además, la ven como la mejor. 

Rober Bodegas se mete en el papel de un propietario

Rober Bodegas es el encargado de dar vida a un reciente propietario, que no duda en asegurar, tras señalar que se ha pillado un piso que está "súper contento". Pero la cosa no queda ahí, porque con su efusividad por ser dueño de una casa, empieza a ponerse pesado: "Tienes que pillarte un piso, un piso nunca pierde valor, es una inversión pillarse un piso, píllate un piso". Este particular personaje sigue insistiendo en que es la mejor opción, resaltando una idea una tanto utópica como que el banco le ha dado el 100% de la hipoteca: "Posee el 100% de nada", se burla de él uno de los rótulos. 

En el vídeo de Pantomima Full continúan los tópicos basados en el personaje que interpreta Bodegas: "Si te va mal lo alquilas y se paga solo y tú como si te vas a casa de tus padres", mostrando la posibilidad de no poder pagar la letra de la hipoteca, mientras que otro rótulo se ríe de él: "Vuelve a casa por madurar". Un propietario que, además, refleja con sus palabras que le ha costad poder adquirir su vivienda con expresiones como: "Este año no habrá vacaciones, no podré viajar, me cortaré de salir...", dice resignado. Al final, el hecho de no poseer el piso, pues es del banco, tener que reformarlo, vivir lejos del trabajo y demás, le convierten en un "proprecario".