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Récord histórico de bajas: España desguaza más de 1,35 millones de vehículos en 2024

España ha batido un récord histórico en 2024 al retirar de circulación más de 1,35 millones de vehículos, en su mayoría turismos con más de dos décadas de antigüedad. El auge de las Zonas de Bajas Emisiones, el impacto de fenómenos climáticos extremos como la DANA de Valencia y los incentivos públicos a la renovación del parque automovilístico han acelerado el desguace masivo de coches contaminantes, marcando un punto de inflexión en la movilidad del país.

Archivo - Un camión en un desguace de vehículos afectados por la DANA en Valencia.

Archivo - Un camión en un desguace de vehículos afectados por la DANA en Valencia.Rober Solsona - Europa Press - Archivo

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Motor Lobby
Madrid

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El parque automovilístico español sigue perdiendo músculo veterano a marchas forzadas. Durante el año 2024, más de 1,16 millones de turismos fueron dados de baja de la circulación en España, lo que supone un crecimiento del 27,4% respecto al año anterior y establece un récord histórico desde que se recopilan datos (1990), según cifras extraídas del Anuario de la Dirección General de Tráfico (DGT) y analizadas por Bipi, compañía del Grupo Renault especializada en coches por suscripción.

Pero el dato no se queda ahí. Si se suman todos los tipos de vehículos —incluyendo comerciales ligeros, furgonetas y motocicletas— la cifra asciende hasta los 1,35 millones de unidades retiradas de la circulación, la mayor desde que existen registros. Una señal inequívoca del acelerado proceso de depuración del parque móvil español, impulsado por un cóctel de factores que van desde las políticas medioambientales hasta catástrofes naturales y nuevos incentivos a la movilidad sostenible.

Zonas de Bajas Emisiones: motor del cambio

El detonante más evidente de esta retirada masiva de vehículos ha sido la implantación definitiva de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las grandes urbes, particularmente en Madrid y Barcelona. Estas áreas restringen el acceso a los vehículos más contaminantes —aquellos sin etiqueta ambiental de la DGT— lo que ha forzado a miles de conductores a desprenderse de sus coches antiguos.

A pesar de los retrasos y vacíos normativos en muchas ciudades medianas, la entrada en vigor de las ZBE ha supuesto un punto de inflexión en la movilidad urbana. Los propietarios de coches con más de dos décadas de antigüedad se han visto ante una disyuntiva: renovar el vehículo o renunciar a circular por los núcleos urbanos. Y muchos han optado por dar el paso hacia el desguace.

La DANA de Valencia y los efectos colaterales

No todo responde a decisiones políticas. La gota fría (DANA) que azotó la Comunidad Valenciana en septiembre de 2024 dejó a su paso decenas de miles de vehículos irrecuperables, la mayoría de ellos anegados por el agua en parkings, calles y garajes subterráneos. Las compañías aseguradoras certificaron una avalancha de siniestros totales, especialmente en las zonas costeras, lo que incrementó notablemente el número de bajas registradas ese trimestre.

Incentivos verdes y renovación forzosa

Otro factor determinante ha sido la reactivación de programas de incentivos públicos para la compra de vehículos más sostenibles, especialmente los Planes Moves III y MOVES Flotas. Estos programas, en algunos casos combinados con campañas privadas de las marcas, han fomentado el reemplazo de coches antiguos por modelos híbridos, eléctricos o de bajas emisiones, obligando a muchos propietarios de vehículos obsoletos a optar por el desguace como paso previo a la ayuda económica.

Algunas comunidades autónomas incluso han puesto en marcha incentivos adicionales para la baja definitiva de vehículos sin etiqueta, aunque no se adquiera un coche nuevo. Una medida pensada para reducir el volumen de coches contaminantes estacionados en la vía pública o usados de forma esporádica.

Un parque automovilístico envejecido… pero que empieza a reaccionar

Pese a esta retirada histórica, el parque automovilístico español sigue siendo uno de los más envejecidos de Europa. Según los datos de la DGT, el 76,5% de los turismos dados de baja en 2024 tenían 20 años o más, lo que evidencia la antigüedad de una flota que supera los 14,5 años de media.

Esta realidad tiene implicaciones directas tanto en la seguridad vial como en la sostenibilidad ambiental: los coches más antiguos no solo emiten más contaminantes, sino que también carecen de sistemas de seguridad activa y pasiva que hoy se consideran básicos.

No obstante, los expertos del sector señalan que el repunte en las bajas de vehículos podría marcar el inicio de un cambio de ciclo, impulsado por la concienciación ambiental, la presión regulatoria y las nuevas fórmulas de movilidad, como el renting flexible, los coches por suscripción o el carsharing.

Madrid, epicentro del reciclaje automovilístico

La Comunidad de Madrid lidera con claridad la estadística de bajas. Uno de cada dos vehículos retirados del parque español (52,4%) provino de Madrid, muy por delante de Andalucía (9,1%) y Cataluña (8,1%). La capital concentra un volumen enorme de vehículos antiguos, especialmente en municipios del extrarradio, y ha sido también el territorio más contundente en la aplicación de las restricciones medioambientales.

Este dato puede explicarse también por el elevado número de gestiones centralizadas en Madrid y por una mayor concienciación ciudadana respecto al uso del vehículo privado, especialmente tras la pandemia.

Gasolina y diésel: una retirada desigual

Por tipo de carburante, los vehículos gasolina representaron el 67,3% de los coches desguazados, frente al 32,2% que correspondieron a modelos diésel. Este dato llama la atención porque durante años el gasóleo fue la opción mayoritaria en las compras, sobre todo en turismos de uso intensivo y en flotas comerciales.

El motivo de este desequilibrio está en la antigüedad: muchos de los coches de gasolina que han llegado al desguace son anteriores a la explosión del diésel en la década de los 2000. Además, los gasolina sin etiqueta tienen aún más restricciones que los diésel con Euro 4 o superiores.

¿Y ahora qué?

Las previsiones para 2025 apuntan a una continuación de la tendencia al alza en las bajas, sobre todo si las administraciones locales intensifican el control de acceso a las ZBE y se refuerzan los programas de ayuda a la renovación del parque. La gran incógnita será el equilibrio entre esta retirada masiva y las nuevas matriculaciones, que siguen en niveles inferiores a los de hace una década.

La transición hacia una movilidad más limpia está en marcha, pero el ritmo sigue siendo desigual. Mientras en algunas ciudades los coches sin etiqueta ya no pueden circular, en amplias zonas rurales y periféricas siguen siendo la única opción viable para muchos ciudadanos.

Lo que está claro es que 2024 ha marcado un punto de inflexión. Y que, por primera vez en décadas, España empieza a decir adiós —en masa— a sus coches más viejos.

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