Turull (Junts) pone en jaque al Gobierno de Sánchez por su debilidad parlamentaria
Turull aprovecha el momento político para presionar al Ejecutivo, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos firmados y amenazando con tomar decisiones drásticas si no se cumplen sus demandas

El indultado secretario general de Junts, Jordi Turull
Junts sigue poniendo en jaque al Gobierno de Pedro Sánchez, exigiendo una cuestión de confianza para medir su apoyo parlamentario. Jordi Turull, indultado por el Gobierno, ha criticado duramente la gestión de Sánchez, señalando que "la confianza está en números rojos".
La debilidad parlamentaria del Gobierno se hace cada vez más evidente, derrota tras derrota en el Congreso. Junts ha aprovechado esta situación para presionar al Ejecutivo, exigiendo el cumplimiento de acuerdos firmados y amenazando con tomar decisiones drásticas si no se cumplen sus demandas. "Nuestra confianza no la tiene", ha afirmado Turull
La amnistía, de la que se benefició el propio Turull, lejos de apaciguar las tensiones, ha servido como herramienta para que Junts incremente sus exigencias. La formación independentista ha dejado claro que no está dispuesta a ceder en sus reivindicaciones, lo que complica aún más la gobernabilidad de un Sánchez abrasado por los escándalos de corrupción que le rodean.
Fragilidad del bloque de investidura
La situación se agrava con la falta de apoyo de otros socios parlamentarios, como Podemos y el PNV, que también han mostrado su descontento con la gestión del Gobierno. La fragilidad del bloque de investidura se hace patente en cada votación, poniendo en riesgo la estabilidad del Ejecutivo.
El Gobierno de Sánchez se enfrenta a un panorama cada vez complicado, con el protagonismo en los juzgados, con una oposición cada vez más fuerte y unos socios parlamentarios que no dudan en mostrar su descontento. La cuestión de confianza exigida por Junts podría ser el golpe definitivo para un Ejecutivo que muestra signos de agotamiento día tras día.
Según Turull, "este Gobierno no impresiona" y carece de una estrategia que garantice la estabilidad, más allá de alianzas coyunturales que podrían desmoronarse en cualquier momento. Mientras tanto, el PSOE camina sobre una cuerda floja, dependiendo de los movimientos estratégicos de sus socios más incómodos.