Feijóo ignora el "sarao" de Abascal y exhibe su arsenal para echar a Sánchez
Fin de semana de contraprogramación en la guerra PP-Vox: Abascal "busca fuera el cariño que no le dan dentro" y "más Espinosa de los Monteros y menos Orbán", ironiza un PP que exhibe alternativa y músculo municipal.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Alberto Núñez Feijóo comenzó esta semana dando un golpe de autoridad y reivindicándose como el único que puede echar a Sánchez frente al runrún que se había instalado en su partido por ver un VOX al alza sin mover un dedo. "La oposición de tumbona y sarao que se la queden otros", zanjó Feijóo y apuntaló Bendodo en ESdiario: "Crecer desde la inacción es temporal".
Y eso es precisamente lo que quieren que se empiece a asentar este fin de semana: un Santiago Abascal "tocando la lira" con Orbán, Le Pen o Salvini mientras arde su partido frente a un Feijóo que despliega a partir de este jueves una estrategia a medio plazo, una vez "enfriada" la idea de un adelanto de las generales como adelantó ESdiario.
Un plan de choque para la vivienda, luchar contra la ocupación y exhibición de músculo el domingo con sus alcaldes conforman el guion de Feijóo. Pero no solo eso: el líder del PP endurecerá su discurso contra la corrupción que cerca a Sánchez o la lucha contra la inmigración ilegal, cuando el Gobierno está a punto de ceder el control de fronteras, para romper el discurso de Abascal de este fin de semana de acusar al PP de colaboracionismo con el PSOE.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a la secretaria general, Cuca Gamarra, y el vicesecretario Elías Bendodo.
El PP y el dedo en la llaga de la crisis de Vox
Génova no se llama a engaño y reconoce que ese mensaje puede calar en una parte de la sociedad - como demuestra la subida de VOX en los sondeos - y generar inquietud en algunos sectores del Partido Popular reviviendo viejos enfrentamientos. Y eso es precisamente lo que Feijóo ha querido cortar de raíz.
Aunque en Génova defienden que lo importante es que "la suma salga" (y que están condenados a entenderse) son conscientes de que afrontar una negociación con un socio fuerte conllevaría mayores concesiones. Y ello, aunque se dé la paradoja de que si VOX superara el umbral del 15% de los votos - ahora está en torno al 14% - la suma global para el bloque de la derecha sería más eficaz en virtud de la Ley D'Hont.
Pero hasta que llegue la hora de la verdad, se ha desenterrado el hacha de guerra. Los populares ponen el dedo en la llaga en la enésima crisis de VOX y resumen su "sarao" de este fin de semana con esa varga de profundidad: "A Abascal le quieren más fuera que dentro". Además, alimentaran la crisis interna que se ha desatado en la formación con la salida del ex vicepresidente García-Gallardo y que "se está extendiendo como la pólvora por las agrupaciones territoriales", dicen los críticos a la dirección.
En medio de este clima Feijóo se hacía esta semana una pregunta retórica en Espejo Público: "¿Si VOX crece y el PP también, de dónde nos vienen estos votos?". La respuesta no puede ser más que una: de ese votante socialdemócrata más templado al que Feijóo también se dirige y ante el que debate que hacer, por ejemplo, con la "flexibilización" de la jornada laboral.
De como conjugue esa estrategia, la crítica dura con una alternativa que seduzca a los sectores más templados, dependerá el futuro de Alberto Núñez Feijóo que lo que si ha querido dejar meridianamente claro está semana es que, emulando a Frank Sinatra, lo hará a su manera.