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Sánchez: 115.441 ancianos muertos de covid tras no hospitalizar 2,7 millones

Moncloa promovió y aceptó el veto sanitario de enfermos mayores de 60 años en toda España, pese a su letalidad (95%) de las muertes)

Un ataúd durante la pandemia del covidRRF

Francisco Mercado
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Bajo el mando único de Sánchez se produjo un masivo y sostenido veto hospitalario a los ancianos de covid en toda España.

Enfermaron 3.231.313 mayores de 60 años. Pero sólo fueron hospitalizados 463.949. Apenas un 14,5% de la población más vulnerable, con mayor letalidad.

El “robusto sistema sanitario” vendido por Illa vetó a 2.767.364 ancianos enfermos de covid. Marginó al 85,5%.

Segundo veto. Los ancianos apenas pisaron la UCI, donde operaban los salvavidas: los respiradores. Sólo entraron 35.289. El 1,1% de los mayores de 60 años con Covid.

La exclusión sanitaria aumentaba con la edad. 262.370 mayores de 90 años con covid. Se vetó hospitalizar al 75% y vieron UCI sólo 395 (0,1%). 42.901 murieron.

Los pacientes de 80 a 89 años sumaron 696.594. Se negó ingresar al 88%. Pisaron UCI 3.207 (0,4%). 48.062 fallecieron.

Los más vulnerables ni merecieron hospital ni UCI. Resultado: murieron 115.441 ancianos. El 94,9% de todas las muertes por Covid.

115.441. Es el vídeo pendiente. Ancianos muertos bajo mando sanchista tras vetarse hospitalizar a 2,7 millones de mayores de 60 años.

7.291, vídeo jaleado por Moncloa sobre ancianos muertos en Madrid por presunta exclusión, queda minúsculo frente al drama nacional.

Madrid lidió con 461.652 ancianos enfermos de covid frente a 7.291 presuntas exclusiones.

Toca contextualizarlas para que el lector no crea que Madrid fue Auschwitz. Compartió males y triajes de toda España.

Diez CCAA con mayor mortandad

El consejero denunciante de los triajes madrileños los avaló previamente. Hubo diez autonomías con mayor mortandad en residencias.

Sanidad y varias comunidades (Cataluña, Castilla y León, Euskadi, Aragón, Baleares…) publicaron protocolos restrictivos para ancianos...

Esta exclusión de ancianos en toda España la difundió el Gobierno día a día hasta el 17 de mayo de 2020. Borró los datos de edad en ingresos. Eran un escándalo.

Ya había 120.665 enfermos de covid con más de 60 años. Se hospitalizaban 52.893.

Pero se excluía a 67.772, el 56%. Sólo pisaban UCI 5.183 (4,2%). Fallecían ya 18.281. El 95% de todas las muertes.

Sánchez conocía este veto. Lo decía su Sanidad. “Los pacientes ingresados en UCI son significativamente más jóvenes que los hospitalizados sin ingreso en UCI (edad mediana 65 vs 69 años), siendo el porcentaje de pacientes mayores de 80 años con ingreso en UCI del 4% frente al 25% en el grupo de hospitalizados sin ingreso en UCI”.

Merece recuperar datos de mi libro de investigación, Una pandemia de errores. Destapa el protocolo de la vergüenza de Sánchez.

Sanidad publicó un manual en abril de 2020 para priorizar casos ante el colapso sanitario.

Sanidad postuló la “no discriminación por ningún motivo ajeno a la situación clínica del paciente y a las expectativas objetivas de supervivencia”.

Pero instó a elegir: “si la rápida expansión de una enfermedad produce el desbordamiento de algunos servicios hospitalarios y la insuficiencia de recursos para atender a toda la población afectada, deberá establecerse un rango de prioridades”.

Y se desbordó. Y hubo prioridades.

“Illa marcó como filtro las “expectativas objetivas de recuperación del paciente en el corto plazo a su estado previo de salud, teniendo en cuenta la concurrencia o no de patologías graves acompañantes que evidencien un pronóstico fatal”.

¿Qué paciente tiene mejor expectativa de recuperación? El joven. ¿Quién arrastra menos patologías previas? El joven.

No eran razones médicas las que masivamente impedían hospitalizar o ingresar en UCI a pacientes ancianos. Es que no había plazas.

Sánchez no previó que esto pudiera ocurrir cuando se permitía la alegría de vuelos italianos, actos masivos, y dilataba copiar el confinamiento y testado masivo que practicaban otros países.

Toleró el 8M -multiplicó la expansión de virus que decaía días antes-, porque no quería admitir su negligencia con resultado de muerte. Desde el 22 de enero la OMS predicaba evitar actos masivos.

Su Gobierno destituyó al comisario que pidió controles sanitarios en fronteras. Retrasó el cierre de vuelos de países confinados como Italia.

Cuestionó el uso de mascarillas, control de fiebre en aeropuertos y tests masivos hasta que fue tarde. 

Dilató el confinamiento (pese al ejemplo chino e italiano) en contra de Madrid y otras autonomías, lo que dobló las muertes.

Y salió de compras dos meses después del estallido del covid. Resultado: faltaron mascarillas, guantes, testsy sobró corrupción. Se disparó el covid hasta en los sanitarios.

Ignoró la invasión de infectados extranjeros contabilizada semana a semana antes del 8M. Lo alertaban informes y autonomías.

“Habrá un par de casos”. “El sistema sanitario español es robusto”. Falso. Colapsó. Quédate en tu casita, ya veremos luego lo que podemos hacer contigo”, admitió el derrotado Simón.

“El porcentaje de admisión en UCI entre hospitalizados aumenta con la edad a partir de 30 años hasta los 70, donde empieza a disminuir”,  selló Moncloa. Debería figurar en 115.441 lápidas. Ancianos muertos por virus y veto. 

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