EN EL SENADO
Pilar Alegría desvela qué político del PP fue el único que le mandó un mensaje por lo del Parador de Teruel
La ministra portavoz, que durante las últimas semanas se ha visto envuelta en la polémica con la supuesta fiesta de Ábalos en tierras aragonesas, ha recibido desde entonces numerosos insultos en redes sociales por su presunta implicación o, al menos, conocimiento de la misma.

La ministra Portavoz, de Educación, Formación Profesional y Deporte, Pilar Alegría, en el Congreso.
En plena tormenta política por el que podemos llamar 'caso del Parador de Teruel', una de sus protagonistas, Pilar Alegría, ha llamado la atención con una revelación respecto a estas semanas de polémica: el único dirigente del PP que le envió un mensaje de apoyo fue Pablo Casado. La ministra portavoz ha agradecido públicamente ese gesto durante su intervención en el Senado aprovechando el momento para volver a victimizarse y atacar al actual Partido Popular.
Alegría se refirió a Casado como "el dirigente del PP al que tiraron por el balcón por atreverse a denunciar la corrupción en Madrid", deslizando así una crítica directa a la actual dirección del partido, intenando destacar que, tras los ataques e insultos que ha recibido estas semanas, solo Casado (ya fuera de la primera línea política) mostró cierta empatía.
Así lo ha expresado la ministra al responder a una pregunta de la senadora del PP, Emma Buj, sobre si el Gobierno tuvo conocimiento de la supuesta fiesta irregular celebrada en septiembre de 2020 en el Parador de Teruel, en plena pandemia, en la que habría participado el entonces ministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García con la propia Alegría, que en aquel momento era delegada del Gobierno en Aragón, durmiendo en el mismo Parador.
Pese a que Alegría ha vuelto a negar cualquier conocimiento de esos hechos, las dudas siguen sin despejarse. Especialmente después de que el propio comunicado de Paradores, emitido una semana más tarde, evitara desmentir los hechos concretos, limitándose a negar “daños” en las instalaciones, pero escudándose en la cláusula de confidencialidad para no entrar en más detalles.
Desde el PP, Emma Buj ha sido clara: "¿Por qué se tardó tanto en emitir ese comunicado? ¿Y por qué se amenazó con el despido a trabajadores que hablaron de lo ocurrido, no por mentir, sino por romper la confidencialidad?", ha preguntado la senadora. "Solo cuando se impuso la ley del silencio, el Gobierno reaccionó".
Pilar Alegría ha optado por la salida fácil: cargar contra el PP, acusándolo de iniciar una campaña “de odio” contra ella con el “amparo” de la dirección nacional. Ha hablado de “bots anónimos”, de “mentiras” y de “mala fe”, eludiendo en todo momento explicar con precisión por qué su nombre aparece vinculado a un episodio que el Ejecutivo no termina de desmentir con claridad.
Lo cierto es que el Gobierno sigue sin ofrecer una versión convincente de lo ocurrido en el Parador, ni tampoco ha permitido una investigación transparente sobre lo sucedido. Las explicaciones siguen siendo parciales, y la actitud del Ejecutivo —más centrada en atacar a la oposición que en aclarar los hechos— refuerza la percepción de opacidad y falta de rendición de cuentas.