PSOE-SUMAR
Sánchez recula ante Díaz y busca cancelar el contrato de balas con Israel: un capricho que cuesta 6 millones
El presidente del Gobierno se pliega ante su vicepresidenta segunda y líder de Sumar tras la presión pública de su socia, que había exigido poner fin a cualquier tipo de vínculo armamentístico con el Estado hebreo en plena ofensiva sobre Gaza

Sánchez, Yolanda Díaz y María Jesús Montero
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a dar un paso atrás ante las exigencias de Yolanda Díaz y ordena la paralización inmediata del contrato de exportación de balas a Israel, previsto por parte de una empresa española con licencia para vender munición de pequeño calibre.
La decisión ha sido comunicada este miércoles tras la fuerte presión ejercida desde el ala de Sumar, que llevaba semanas reclamando el fin de los vínculos comerciales en materia de Defensa con Israel. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo había sido especialmente crítica con la operación, calificándola de “inmoral” y exigiendo “coherencia” al Gobierno en su postura ante el conflicto en Gaza.

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Según fuentes gubernamentales, la orden de cancelación del contrato se ha cursado a través del Ministerio de Industria y Comercio, encargado de supervisar las licencias de exportación de material militar. El contrato en cuestión suponía el envío de cerca de 2 millones de proyectiles, según datos revelados por medios israelíes.
La marcha atrás de Sánchez ha generado malestar en el sector empresarial afectado, que acusa al Ejecutivo de “inseguridad jurídica” y de ceder ante “presiones ideológicas”. Desde el entorno de Defensa, también hay inquietud por el precedente que sienta esta decisión en plena crisis diplomática con Israel, después de que el propio Sánchez cuestionara la respuesta militar israelí en Gaza y abriera la puerta al reconocimiento del Estado palestino.
Para la izquierda radical del Gobierno, sin embargo, se trata de una victoria. Sumar y Podemos celebran la cancelación como una “decisión valiente” y una “consecuencia directa de la presión social”. Fuentes de Sumar han subrayado que “no se puede predicar la paz mientras se venden balas”.
En un contexto en el que el conflicto en Oriente Próximo vuelve a encenderse y la política exterior española se convierte en campo de batalla ideológico dentro del propio Gobierno, la cesión de Sánchez alimenta la percepción de un Ejecutivo cada vez más condicionado por los postulados de sus socios más radicales, con el PSOE intentando navegar entre sus compromisos internacionales y las exigencias de Sumar. Y mientras tanto, los equilibrios en Moncloa se tensan un poco más.