El Gobierno asume su fracaso político: Patxi López admite que no habrá Presupuestos en 2025
El portavoz del PSOE en el Congreso afirma que "a estas alturas, es mejor negociar en serio" para sacar las cuentas adelante en 2026. Lo intentan vender como si se estuvieran adelantando a los acontecimientos, pero la realidad es que es un fracaso político al depender tanto de sus socios.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López.
El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ha reconocido este jueves que no se aprobarán nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2025, y ha instado a centrar los esfuerzos en "negociar con seriedad" las cuentas para 2026. Otra muestra de la falta de capacidad de un Ejecutivo que depende sobremanera de sus socios.
Durante su intervención en el foro Siglo XXI, López ha admitido que, dadas las circunstancias actuales, resulta más sensato que el Gobierno presente los presupuestos para el próximo año. Por otro lado, intentando salvar la papeleta, ha señalado que el presupuesto prorrogado de 2025 (aprobado previamente por el Ejecutivo de Pedro Sánchez) sigue siendo válido y ofrece, según él, suficiente margen para atender las necesidades actuales del país.
Esta situación refleja las dificultades que enfrenta el Gobierno -cada vez mayores- para recabar los apoyos necesarios entre sus socios parlamentarios. Formaciones como ERC y Junts han mostrado reticencias a negociar las cuentas para este año, mientras que Podemos ha expresado su rechazo al aumento del gasto militar. Estas divergencias han llevado al Ejecutivo a considerar que presentar unos presupuestos sin garantías de aprobación sería una pérdida de tiempo.
La falta de nuevos presupuestos también afecta a varias comunidades autónomas, que, al igual que el Estado, han tenido que prorrogar sus cuentas ante la imposibilidad de alcanzar acuerdos. Esta situación genera incertidumbre y dificulta la planificación de ingresos y gastos, así como la puesta en marcha de nuevos proyectos.
En definitiva, la renuncia del Gobierno a presentar los Presupuestos Generales de 2025 pone de manifiesto su incapacidad para articular una mayoría parlamentaria estable, incluso con los socios que le llevaron al poder. La falta de diálogo efectivo y la dependencia constante de formaciones con agendas e intereses propios sigue lastrando la acción ejecutiva, condenando al país a funcionar con unas cuentas prorrogadas que, si bien ofrecen cierto margen, no permiten responder con ambición a los desafíos actuales, como por ejemplo, la petición desde Europa de ampliar el gasto en Defensa.
La política de aplazamiento y gestión a corto plazo del Ejecutivo 'sanchista' refleja una preocupante falta de previsión y liderazgo en un momento en el que se requiere estabilidad, planificación y acuerdos amplios. Apostar ya por los presupuestos de 2026 no es una estrategia, sino la admisión de un fracaso político.