Escándalo feminista en el PSOE: Sánchez sabía lo de Salazar y no hizo nada
El jefe de gabinete le informó en 2018 al presidente sobre los omportamientos inapropiados antes de su nombramiento. No se tomaron medidas preventivas ni sanciones disciplinarias hasta que estalló el escándalo

Paco Salazar, en una imagen difundida por su partido
Pedro Sánchez conocía desde 2018 los comportamientos inadecuados de Francisco Salazar, entonces alto cargo de Moncloa. Así lo ha revelado este domingo The Objective, que señala directamente al jefe de Gabinete del presidente como la persona que alertó personalmente al jefe del Ejecutivo de las conductas del asesor.

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Pese a esa advertencia directa, Sánchez mantuvo durante años a Salazar en puestos de confianza y, recientemente, propuso su nombramiento como adjunto a la Secretaría de Organización del PSOE. La decisión se mantuvo hasta que, tras la publicación este sábado de las denuncias de varias trabajadoras, el escándalo saltó a la luz pública.
Las mujeres afectadas describían comentarios de contenido sexual, insinuaciones fuera de lugar y un ambiente de incomodidad persistente. Algunas relataron haber sido advertidas por compañeras para “no quedarse a solas” con Salazar. Ninguna de estas denuncias internas generó una respuesta oficial y Sánchez, que podría haber sido conocedor de los hechos, no hizo nada.
El caso ha causado una profunda conmoción en el partido y ha encendido las críticas contra el propio Sánchez, por encubrir los hechos durante años. La falta de medidas preventivas tras ser informado es, sin duda, una grave irresponsabilidad institucional.
La renuncia de Salazar, anunciada horas antes de su nombramiento en el nuevo Comité Ejecutivo del PSOE, no ha frenado el desgaste. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, evitó en un primer momento reconocer la gravedad de los hechos, aunque finalmente admitió que “la dimisión era necesaria”.
Los protocolos internos de prevención del acoso han quedado en entredicho, al igual que la campaña feminista que el PSOE ha abanderado en los últimos años. El caso amenaza con reactivar la presión política contra el Gobierno. Varios medios apuntan a que Sánchez evitó actuar para preservar el equilibrio de poder en su entorno más inmediato.