La Justicia ordena al MNAC devolver las pinturas murales de Sijena en siete meses
El Juzgado de Huesca da luz verde a la ejecución definitiva de la sentencia que obliga al museo catalán a restituir las obras al Monasterio de Villanueva de Sijena, en un nuevo capítulo de la batalla por el patrimonio aragonés

(Foto de ARCHIVO) Obras murales de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena MNAC 19/1/2016
La juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Huesca ha dictado una orden de ejecución definitiva que pone fin a una larga disputa patrimonial: las pinturas murales del Monasterio de Villanueva de Sijena, custodiadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), deberán regresar a Aragón en un plazo de siete meses. La resolución, que confirma la sentencia de 2016 y la del Tribunal Supremo de mayo de 2025, marca un hito en la lucha del Gobierno de Aragón por recuperar su legado cultural, en un caso que ha enfrentado a instituciones y comunidades durante décadas.
La orden judicial exige al MNAC cumplir con el cronograma propuesto por el Gobierno de Aragón para la devolución de las pinturas, extraídas en su día del Monasterio de Sijena y declaradas parte esencial de su Sala Capitular. En caso de no acatarlo, el museo tiene diez días para presentar un plan alternativo, aunque la sentencia es inapelable. La resolución incluye medidas concretas para garantizar la conservación de las obras durante el proceso: técnicos aragoneses tendrán acceso a las salas 16 y 17 del MNAC, que permanecerán cerradas al público, para realizar un levantamiento fotogramétrico y evaluar las condiciones de las piezas, incluyendo temperatura, humedad y documentación asociada.
Este fallo representa un triunfo para Aragón, que ha defendido con tenacidad la devolución de un patrimonio que considera inalienable. Las pinturas, joyas del arte medieval, son parte de la historia viva de Sijena, y su retorno promete revitalizar el valor cultural y turístico del monasterio. Sin embargo, el proceso no está exento de desafíos: el traslado requerirá una logística minuciosa para garantizar la seguridad de las obras, mientras el MNAC deberá facilitar el acceso a sus archivos y desmontar las actuales exposiciones en las salas señaladas.
La decisión judicial reaviva el debate sobre la gestión del patrimonio cultural en España, con ecos de casos similares que han enfrentado a comunidades autónomas. Para los aragoneses, este paso es más que una victoria legal: es la recuperación de una parte de su identidad, que pronto volverá a brillar en el lugar donde pertenece. Mientras tanto, la sociedad espera que el cumplimiento de la sentencia se realice con la diligencia y el respeto que estas obras maestras merecen.