traición
El peor día de Yolanda Díaz: Sánchez la deja tirada por irse al cine y se come tener que justificarlo
La vicepresidenta segunda se enfrenta a una triste realidad: el PSOE la ha ignorado y no recibió ni el apoyo del presidente del Gobierno como si les diera igual que su propuesta estrella, la reducción de jornada, fracasara
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante un pleno en el Congreso de los Diputados
Era una de las iniciativas más esperadas del Gobierno de coalición: la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales, sin rebaja de salario. Una promesa bandera de Yolanda Díaz. Pero el Congreso la tumbó con los votos de PP, Vox y Junts, que presentaron una enmienda a la totalidad. Y sin que el PSOE hiciera el menor esfuerzo por negociar nada. Como si le diese igual que la líder de Sumar fracasara, hasta el punto de que Pedro Sánchez se fue al cine -al estreno de la película de Amenábar- con la pentaimputada Begoña Gómez en lugar de acudir al Congreso a respaldar a Díaz.
Yolanda Díaz ha tratado de capear el temporal durante una entrevista en Más de Uno con Carlos Alsina. Allí ha defendido la propuesta caída, criticó a Junts por imponer lo que denominó “chantaje político” y afirmó que, pese al revés, seguirá insistiendo con la reducción de jornada. Sin embargo, lo que más ha resonado no han sido sus promesas, sino la imagen que se ha instalado en el imaginario político: una vicepresidenta cuyo socio de coalición, el PSOE, y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la deja tirada, no negocia y se va al cine.
Yolanda Díaz lo intentó matizar en la entrevista con Carlos Alsina que aunque Pedro Sánchez estuviera en el cine, “seguro que siguió el debate”, una respuesta ridícula que para muchos no redime la percepción: lo que se valoran son los gestos, y para muchos el gesto fue desentenderse en el momento más crucial para la líder de Sumar.
Este episodio supone un golpe para la credibilidad de Yolanda Díaz. En su formación Sumar ya emergen voces críticas que preguntan si ante promesas cabe la pregunta de si realmente existe respaldo institucional por parte del PSOE. Si Pedro Sánchez no está presente ni simbólicamente en la votación, ¿qué mensaje se manda al votante progresista? Además, la derrota parlamentaria no puede atribuirse sólo a la oposición. Junts fue clave en tumbar la propuesta, pero dentro de la coalición algunos sectores del PSOE y de Sumar dejan entrever que faltó estrategia, preparación, y presión política suficiente para que cambiaran de voto.
