| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Cogida de Gonzalo Caballero
Cogida de Gonzalo Caballero

8ª de San Isidro: Cornada grave de Gonzalo Caballero, firme y dispuesto

Gonzalo Caballero, herido grave en el muslo izquierdo no puede redondear una faena en la que estuvo firme y decicido, en un festejo en el que también Juan del Alamo

| Miguel Angel Moncholi Ocio

Fue un golpe seco. De esos en los que intuyes lo peor. Se quedó tirado en el suelo. Rápido fueron sus compañeros, unos a hacer el quite, otros a recogerlo de la arena. Fueron momentos de angustia, de incertidumbre. Gonzalo Caballero la llevaba.

Ocurrió en el tercero de la 8ª de San Isidro. El torero de Torrejón de Ardoz quería quitarse la espinita y demostrar que no había wasap que valga. Que él estaba allí por méritos propios. Y que lo pasado, pasado estaba.

Gonzalo Caballero se reivindica por méritos propios y resulta herido

Con esa voluntad recibió al tercer pilar, -noble, que repetía y se había quedado un algo crudo en el caballo-, que lucía puntas astifinas como la vaca que lo parió. Tras ayudados por alto de inicio, se fue a los medios para hilvanar allí tandas con la diestra que concluían con largos pases de pecho.

La excelente colocación le permitía ligar, el cambio de mano y la tanda de naturales. La mano baja, la composición erguida, los adornos y desplantes, mirando al tendido. Valor sereno. Tras las bernadinas ajustadas llegó el percance.

 

 

Un golpe seco. El torero que cae. El diestro que se queja. Que no se puede levantar. Los compañeros que le llevan en volandas a la enfermería. Allí le esperaba el Dr. García Padrós, Don Máximo para los toreros, que le exploraba e intervenía junto a su equipo de una cornada de 25 centímetros.

Mano a mano con el runrun de "¡Fuera del palco"!

La tarde quedaba en un mano a mano en la que antes, en el primero, encastado que transmitía, Juan del Alamo había hecho su presentación en forma de disposición y ganas, y por ello, algo ligero, había sufrido una voltereta, y por ello, se había lesionado los isquitibiales del muslo izquierdo. No se arredró el salmantino y tras una eficaz entera dio la vuelta al ruedo al denegar la oreja el palco, -“Fuera del palco” le habían dicho con gritos y pancartas, que mandó retirar el usía por policías uniformados, echando innecesariamente  gasolina al fuego-.

En el cuarto que, aunque corto se dejaba y tenía movilidad, Del Álamo se mostró más inspirado. La estocada honda le supuso un silencio de respeto. Con el último, al que recibió por verónicas, Juan del Álamo se gustó con la diestra por momentos, bajando el tono al echarse la muleta a la mano izquierda. Y todo, con el muslo lesionado. Y, por lo tanto, con mucho mérito.

José Garrido, dos caras de una misma moneda

No sé por qué, pero José Garrido no tuvo su mejor tarde. Créanme si les digo que me encontré con un Garrido distinto al de la temporada pasada. El segundo fue otro pilar con movilidad, algo falto de clase es cierto, pero que repetía bien por el derecho.

Y Garrido no estuvo a la altura de lo que uno espera de él. Sin acoplarse y vulgar, hubo de ser en el quinto con el que, tras el par de banderillas de Antonio Chacón, se vino arriba.

Ya había recibido y bien a la verónica al que, pese al dicho ganadero de “no hay quinto malo”, resultó ser el más complicado y con peligro del encierro. Un toro que buscaba, rebañaba y pegajoso, se quedaba corto. Todos estos defectos no fueron inconvenientes para que José Garrido se mostrara con ganas, aguantara las tarascadas y “rebañás” que le lanzaba el de El Pilar y demostrara mérito, que aún hay esperanza y que es el que puede ser.

Y así discurrió la jornada. Con las protestas iniciales al palco. La tarde meritoria de Juan Del Álamo, la paradójica actuación de José Garrido y la grave cornada de Gonzalo Caballero. ¡P’alante torero!

 

PARTE MÉDICO DE GONZALO CABALLERO.- “Herida por asta de toro en cara externa tercio medio del muslo izquierdo, con una trayectoria ascendente de 25 cm. que produce destrozos en músculo tensor de la fascia lata, vasto externo e isquiotibiales y alcanza cara posterior del fémur contusionando el nervio ciático, alcanzando isquion. Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza. Se traslada al Hospital La Fraternidad. Pronóstico: Grave. Firmado: Máximo García Leirado”.

PARTE MÉDICO DE JUAN DEL ÁLAMO- “Lesión de isquiotibiales en muslo izquierdo, pendiente de estudio radiológico. Policontusiones. Pronóstico: Leve, no le impide continuar la lidia. Firmado: Máximo García Leirado”.

 

 

8ª de San Isidro. Toros de El Pilar, bien presentados, encastados y con posibilidades. Con sentido el primero, sin clase el segundo, con transmisión el tercero, algo corto el cuarto, peligroso y complicado el quinto y manejable el sexto. Juan del Álamo. Vuelta, Silencio y Silencio. José Garrido: Silencio y Silencio. Gonzalo Caballero: Silencio

 

Lo mejor:

La actitud de Gonzalo Caballero, que salió a darlo todo. La cornada fue un accidente que vino a romper lo que hubiera podido ser una faena de oreja y un buen refrendo de su paso por San Isidro.

Lo peor:

La inexplicable decisión del presidente Gonzalo de Villa del que se entiende que debe preservar la autoridad, pero con tacto y mesura.

 

Cartel de la 9ª de San Isidro:

Toros de Parladé para El Cid, López Simón y Roca Rey