| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez y Carmen Calvo
Pedro Sánchez y Carmen Calvo

Calvo revela la obsesión de Sánchez por 'colocar' a sus amigos

La exvicepresidenta del Gobierno ha decidido confirmar lo que todos sabíamos: Sánchez controla las instituciones a su gusto colocando a afines en ellas

| Mr. Meme Opinión

No es ninguna novedad que Pedro Sánchez ha ido poniendo a los afines socialistas de su partido en las diferentes instituciones públicas que ha ido controlando desde su llegada a la Moncloa en el año 2018. Un claro ejemplo es José Félix Tezanos, que está al mando del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) aupando a Sánchez en las encuestas con una “suculenta” cocina. 

Pero nunca un exmiembro del Gobierno había reconocido abiertamente, micrófono en mano, que Sánchez va “regalando” a sus afines cargos políticos en la administración. Y esa persona ha sido la exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, quien ha asegurado en la Cadena SER que Pedro Sánchez le ofreció ser la presidenta del Consejo de Estado en sustitución de María Teresa Fernández de la Vega. 

Un cargo que ella misma rechazó, o eso es lo que cuenta, porque estaba a gusto siendo diputada en el Congreso: “Tengo que decir en honor a la verdad que el presidente me ofreció esa posibilidad (...) pero yo le he dicho que me gustaba mi trabajo de diputada”. Sin embargo, detrás de ese rechazo podría haber una causa mayor. 

Y es que ese Consejo de Estado que podría haber presidido Calvo deberá publicar un informe sobre la ‘ley trans’, no vinculante, pero que podría abrir nuevas brechas en Moncloa, ya que la exvicepresidenta del Gobierno siempre ha sido contraria a la postura feminista de Irene Montero y Unidas Podemos sobre el cambio de sexo sin necesidad de informes médicos.

Una denominada “autodeterminación de género” defendida por los morados que, tal y como aseguró Calvo en una entrevista en el diario “El mundo”, podría “destrozar la potente legislación de igualdad” que se está aplicando desde Moncloa. En cualquier caso, su rechazo a ese “puestazo”refleja algo evidente: la clara obsesión de Sánchez por colocar a sus amigos en las instituciones. 

Pero ahí no queda todo. Cuando salió del Gobierno, Sánchez le prometió a Calvo no solo la presidencia del Consejo de Estado, "algunas cosas más a lo largo de este tiempo". "Ha cumplido su palabra", ha confesado, al tiempo que deja ver que otros organismos públicos podrían estar a su disposición para “enchufar”, presuntamente, a otros exmiembros del Gobierno.

Así concibe Sánchez el poder. Un trono en el que dar y quitar confianzas. Hacer lo que quiera con las instituciones, ceder ante independentistas con el objetivo de perpetrarse en el poder. Renunciar a la más básica moral a cambio de desayunar todos los días en Moncloa.