EDITORIAL
Sánchez, atrapado: aumentar el gasto militar sin presupuestos y con socios de extrema izquierda
Es muy probable que, abandonado de nuevo por sus socios, Sánchez necesite el apoyo del PP si quiere sacar adelante los presupuestos. No es descabellado pensar en un escenario en el que Sánchez, por su cara bonita, acabe exigiendo a Feijóo sus votos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso.
Pedro Sánchez se encuentra en una encrucijada muy complicada y sobrevenida. Las exigencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la Unión Europea para que aumente su gasto militar le pone en una tesitura complicada. El primer objetivo es llegar cuanto antes a un gasto en del 2% del PIB, partiendo del actual 1,32% que nos sitúa como el país que menos invierte en Defensa de toda la OTAN.
No es una opción, es una obligación. El problema es cómo hacerlo de manera rápida. Y aquí Sánchez choca contra tres obstáculos, alguno de ellos aparentemente insalvable. El primero y el menor también es su propia contradicción. Va a pasar de abogar por la eliminación del Ministerio de Defensa, cosa que hacía cuando estaba en la oposición, a gastar más que nadie en Defensa. Vamos, el pan nuestro de cada día. Otro cambio de opinión.
El segundo obstáculo es la composición de la mayoría parlamentaria que le mantiene en La Moncloa. Se antoja difícil que las fuerzas de extrema izquierda que le sustentan, Podemos desde fuera del Ejecutivo y Sumar como socio presente en el Gobierno, apoyen un aumento del gasto militar de España y menos aún de la magnitud que se nos pide. Tampoco parece que esto vaya a ser del agrado de los independentistas, ni mucho menos. La idea de una España potente militarmente hablando les disgusta por razones obvias.
La tercera dificultad a la que se enfrenta Sánchez es su incapacidad para sacar adelante unos presupuestos generales del Estado (PGE). Y sin esa herramienta es muy complicado, por no decir imposible, aumentar de manera notable el gasto militar. Este problema es el peor y más acuciante para el Ejecutivo.
Es muy probable que, abandonado de nuevo por sus socios, Sánchez necesite el apoyo del PP si quiere sacar adelante los presupuestos. No es descabellado pensar en un escenario en el que Sánchez, por su cara bonita, acabe exigiendo a Feijóo sus votos de manera gratuita para aprobar los PGE, sin negociar nada, sin dar nada a cambio. Es lo mismo que acaba de suceder hace muy poco con el caso del decreto ómnibus. Cuando Puigdemont dijo no, el Gobierno no tuvo empacho alguno en reclamar los votos del decreto ómnibus
El caso es que sin presupuestos y con la acuciante necesidad de aumentar el gasto en Defensa a Sánchez solo le queda un camino: convocar elecciones. Bien es verdad que eso es lo que haría cualquier dirigente medianamente normal, pero Pedro Sánchez no es un presidente del Gobierno normal.