enfoques del director
Pilar Alegría pierde la ídem y los nervios por la juerga de Ábalos en el Parador de Teruel: ¿lo sabía?
Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno, parece haber extraviado esa alegría que lleva en su apellido. La polémica "juerga" de José Luis Ábalos en el Parador de Teruel, en septiembre de 2020, sigue dando que hablar: una suite destrozada, Koldo García de por medio y un sinfín de dudas.
Alegría, entonces delegada del Gobierno en Aragón, estaba en Teruel ese día acompañando al exministro en un acto oficial. ¿Qué sabía de lo que pasó después? ¿Por qué se pone nerviosa y esquiva las preguntas?
El 15 de septiembre de 2020, Ábalos y Alegría compartieron agenda en Teruel por un evento ferroviario. Esa noche, según varias informaciones, el Parador fue escenario de un festejo que dejó destrozos y rumores. El PP ha apretado las tuercas: ¿se alojó Alegría allí? ¿Encubrió algo? Ella responde con evasivas: "No voy a decir dónde dormí", soltó, visiblemente alterada, mientras tilda las acusaciones de "pseudomedios" ¿Pseudomedios? Los testigos del Parador podrían discrepar.
No hace falta probar que bailó en la fiesta (nadie lo ha hecho), pero sí preguntarse si supo lo que ocurría y optó por el silencio. Como delegada, su deber era garantizar la decencia institucional, no tapar vergüenzas ajenas. ¿Avisó a alguien o calló para escalar en el Gobierno? Si no tiene nada que esconder, ¿por qué titubea?
El caso Ábalos-Koldo es un lodazal, y Alegría, con sus nervios, se mete sola en el fango. En política, hay que parecer honesto, y ella no lo logra. Que diga claro: ¿lo sabía o no? Mientras se enreda en silencios, la alegría se le esfuma y los españoles sospechan. No es solo una cuestión de camas, sino de credibilidad.