Feijóo detrás de la zanahoria que lleva Sánchez delante

Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en el fondo, y Alberto Núñez Feijóo en primer plano.
El centro-derecha político y mediático no aprende. Primero fue el juez Fernando Grande-Marlaska. Luego, Nadia Calviño. Después, Margarita Robles. Los “polis buenos” frente a los malos del 'sanchismo'.
Ahora, le toca el turno a Carlos Cuerpo en ese papel. El ministro de Economía de Pedro Sánchez, según algunos opinadores, se ha convertido en el chico que los padres de derechas quieren de yerno. Le llueven los reportajes elogiosos. Hasta los dirigentes genoveses le elogian. "Sí, no ha hecho caso a ninguna de las propuestas que Alberto Núñez Feijóo ha pedido incluir en las medidas anti aranceles, pero nos ha llamado rápidamente, las cosas son distintas con Cuerpo", dicen mandatarios populares. Todos contentos. Ya. Aquí, nunca se aprende.
En el momento en que salta todo el escándalo del Parador de Teruel. Juergas en plena pandemia con el ministro José Luis Ábalos como protagonista. Una furgoneta llena de prostitutas para disfrute de quien era la mano derecha del presidente y su séquito. Habitaciones rotas por el jolgorio.
El director de Paradores, Óscar López, si se entero no dijo nada, aunque, luego, fue ascendido a jefe de gabinete del presidente y más tarde a ministro. Por menos en el Reino Unido tuvo que dimitir el premier, Boris Johnson. La actual ministra portavoz, Pilar Alegría, testigo en el lugar en concepto de delegada del Gobierno. Mintió al principio y debió reconocer más tarde que estaba allí. Por algo pedía el sensato Javier Lambán no nombrarla secretaria general del Partido Socialista de Aragón.
Pues bien, con toda esa tormenta zarandeando la política, el Partido Popular, sus medios más influyentes, haciendo publirreportajes del superwoman Cuerpo y filtrando noticias desde la sede nacional del partido de que el PP se lanza a por 500.000 votantes de VOX que rechazan su entrega a Trump. De verdad, ¿hay alguien al volante en Génova 13? A.M. BEAUMONT