Del libro de Leire 'Corleone' al "montaje" de Patxi López: el PSOE hace el ridículo y nos toma por gilipollas

En la vida uno puede defenderse, puede actuar como quiera, pero hay dos líneas que no puede saltarse: una es hacer el ridículo y otra es tomarnos a los demás por gilipollas. Y eso es lo que está haciendo el PSOE para justificar los audios grabados desde las cloacas del partido en los que el 'Comando Cerdán' buscaba cómo fabricar casos para desprestigiar a jueces, fiscales y guardias civiles que investigan casos de corrupción que afectan a Pedro Sánchez: el caso Begoña, el del hermano y el de su fiscal general.

Pues eso es lo que está pasando tanto con la 'fontanera' del PSOE, Leire 'Corleone', como con el portavoz socialista Patxi López, que están haciendo el ridículo y además nos toman por gilipollas, ambas cosas al mismo tiempo. Leire Díez, la jefa del Comando Cerdán, afirma que esas conversaciones forman parte de una investigación para escribir un libro sobre la UCO. En fin, no voy a dedicarle ni un segundo a analizarlo. 

Me molesta que me tomen por imbécil. ¿Un libro? ¿Sobre la UCO? ¿En serio? Esta excusa es tan ridícula que ni siquiera merece un análisis serio. Es una burla a la inteligencia de cualquiera que haya escuchado los audios, donde se evidencia una estrategia clara para manipular y desprestigiar a quienes investigan al círculo más cercano de Sánchez.

Y luego está Patxi López, sugiriendo ahora que las grabaciones son un montaje. Tres cuartos de lo mismo, no puedo tomármelo en serio. Es difícil tomarse en serio a Patxi, pero ya esto supera la paciencia de cualquiera. Su intervención en la que sugiere un montaje mediático-policial, no solo es patética, sino que insulta a la inteligencia colectiva. ¿Un montaje? ¿Con qué fin? ¿Para qué? Las evidencias son claras, los audios son contundentes, y el PSOE, en lugar de asumir responsabilidades, prefiere hundirse en el ridículo y tratarnos como si fuéramos tontos.

El PSOE no solo está haciendo el ridículo, sino que está demostrando una falta de respeto hacia la ciudadanía que clama por transparencia. Sánchez no puede quejarse, ha logrado rodearse de gente que tira por el suelo su prestigio, su dignidad y su honor con tal de defenderlo. Eso es lo que exige el presidente. No solo lealtad, sino entrega absoluta al líder de la banda. El problema es que eso los convierte en cómplices y tarde o temprano lo acabarán pagando todos.