editorial
Cerdán deja en estado de pánico al PSOE: Sánchez no encuentra respuesta
Sánchez, que llegó prometiendo regeneración, está atrapado por una trama que salpica a su entorno más cercano. Sus intentos de desvincular al partido de Cerdán y prometer transparencia no calan ni entre sus propios cuadros, que critican la falta de un plan claro

El ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, a su llegada a declarar en el Tribunal Supremo
La entrada en prisión de Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, ha desatado una tormenta que amenaza con hundir al partido. La imagen de quien fuera la mano derecha de Pedro Sánchez camino de Soto del Real ha sumido a Ferraz en el pánico. Cerdán, que ante el juez presumió de ser “el arquitecto” del PSOE, el artífice de las mayorías 'frankenstein' que sostienen los gobiernos de Sánchez, no es solo un símbolo de poder interno: es una bomba de relojería. Sabe demasiado, de la corrupción económica y de la otra, la política. Desde las negociaciones con Puigdemont hasta los pactos con Bildu y otros socios, Cerdán conoce los detalles y, presumiblemente, guarda pruebas documentales que podrían dinamitar la estabilidad del Gobierno. Este “aviso a navegantes” amplifica el temor en el PSOE. Sorprende, aun así, que el partido mantenga una base electoral fiel pese al aluvión de escándalos, aunque esta lealtad parece cada vez más frágil.
El caso Cerdán, ligado a presuntas mordidas en contratos públicos, no es un hecho aislado. Las investigaciones de la UCO, con audios que implican a Cerdán, Ábalos y Koldo García, han puesto al PSOE contra las cuerdas. La posible financiación ilegal del partido planea también sobre el caso.
Sánchez, que llegó prometiendo regeneración, está atrapado por una trama que salpica a su entorno más cercano. Sus intentos de desvincular al partido de Cerdán y prometer transparencia no calan ni entre sus propios cuadros, que critican la falta de un plan claro. En Ferraz, el miedo a que Cerdán revele información sensible sobre pactos o financiación irregular paraliza cualquier estrategia.
El PSOE encara un Comité Federal el 5 de julio sin rumbo, mientras Sánchez descarta adelantar elecciones o abrir una crisis de Gobierno. Pero el daño está hecho: la percepción de corrupción erosiona la confianza del electorado. Frente a esto, el PP de Feijóo se consolida, pudiendo formar Gobierno con solo la abstención de Vox. Sánchez debe hallar respuestas convincentes o arriesgarse a que el conocimiento de Cerdán precipite el colapso de su liderazgo.