| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La líder del PSN, María Chivite, junto al máximo dirigente del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un acto en Pamplona.
La líder del PSN, María Chivite, junto al máximo dirigente del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un acto en Pamplona.

Sánchez cruza la línea roja en Navarra: humillación disfrazada de progresismo

El PSOE regala a Bildu la capacidad de gobernar siendo aquellos que comparten la misma ideología de quienes asesinaron a ediles del mismo consistorio navarro que pasarán a dirigir.

| ESdiario Opinión

El próximo 28 de diciembre el PSOE, en su versión Navarra, propiciará una de las mayores inocentadas de la historia al aupar a nada más y nada menos que a Bildu a la alcaldía de Pamplona. Bildu sale legitimado como un partido que en base a una mayoría de escaños desde el socialismo navarro, desde donde argumentan el carácter “progresista” del brazo político de la banda terrorista ETA.

Lo grave de este cambio político al que ayuda el PSN, Santos Cerdán (navarro y secretario de organización nacional) y Pedro Sánchez, no es ya el cambio de signo político en la capital pamplonesa, sino que cruza una línea roja que no ha hecho nada más que traspasar la idiosincrasia de los pamplonicas, para seguir mancillando algo tan sagrado, algo tan decisivo como “la Navarridad de Navarra”.

Esa personalidad tan propia que tiene esa comunidad Foral y que la define como uno de los pilares básicos de la unidad de España, no puede verse humillada, ignorada con alevosía por aquellos de cualquier ideología que argumentando “progresismo” regalan a los mayores enemigos del sentimiento navarro la capacidad de gobernar a aquellos que comparten la misma ideología de quienes perpetraron asesinatos, coaccionaron y extorsionaron entre otros a ediles del consistorio capitalino. Todo ello sin escrúpulos, ni ética ni moral, para cumplir y cubrir los intereses de una persona que “por el poder” es capaz de semejante amoralidad para ser Presidente del Gobierno.

Este comportamiento de regalo de Pamplona a los proetarras, no se corresponde con los actos de heroicidad, lucha por la democracia y honestidad de concejales que eran del PSN en los “tiempos de plomo” como el alsasuarra Emilio Boulandier, que en el vivero del abertzalismo navarro vivía angustiado por el acoso que sufría, pero con la gallardía de convertirse en un hombre de honor y libertad en medio de la localidad donde se configuró y nació “la mesa de Alsasua” como preludio de lo que sería la izquierda abertzale con sus distintas denominaciones.

Quién crea que Navarra se va a quedar callada ante semejante ofensa a su ser y sentir, no conoce a lo que se puede despertar entre sus ciudadanos, aunque podrá comprobarlo en la manifestación – concentración que tendrá lugar este próximo domingo en Pamplona.

 

Aquellos que amamos y sentimos Navarra por lazos de sangre y pertenencia -como es mi caso por parte materna- no podemos permitir que por los intereses de “tener poder” alguien use a Navarra como moneda de cambio, despreciando su singularidad y no atendiendo al resultado de las urnas. Resultados que dicen claramente que Navarra se siente española, que Navarra es Comunidad Foral y que no hay gobernante que pueda hablar en su nombre sin la aprobación de sus ciudadanos.

Sabemos que esto, sólo es el primer paso para algo peor, como será la exigencia si tardía o inmediata de la izquierda abertzale para que el Reino Foral se vea arrastrado y pisoteado desde el gobierno de la Nación para la celebración de un referéndum de anexión de Navarra a la Comunidad Autónoma Vasca, sin apenas poder defenderse. Y es que no está claro si estamos en un Régimen Democrático con Estado de Derecho o más bien, nos están metiendo en un Trampantojo Autocrático, en donde navarros y españoles somos “esclavos “ de las necesidades de alguien que vive en las nubes de su poder y en sus mentiras de la realidad.

Por cierto, la Presidenta de Navarra, la señora Chivite, que es de Cintruénigo, debería acordarse de que nació muy cerca de “La Mesa de los Tres Reyes”, con lo que se demuestra que la historia está muy lejos de insuflas nacionalistas e independentistas.