| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Camps en el Rotary Club Valencia Puerto
Camps en el Rotary Club Valencia Puerto

Cuando los acosados eran los hijos de Camps y la izquierda lo alentaba

Paco Camps diserta sobre la ciudad en el Rotary Valencia Puerto y recuerda, en pleno juicio del acoso a Pablo Iglesias, que "la central de escraches era mi casa con hasta 500 personas"

| Redacción Valencia Edición Valencia

En plena polémica por el juicio de un periodista por un supuesto acoso al sacar informaciones sobre los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero, el ex presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, recordó en su conferencia en el Rotary de Valencia cuando sus hijos eran los acosados y esas protestas se alentaban desde la izquierda, esa misma que ahora denuncia y se rasga las vestiduras por Iglesias y Montero. "Mi casa era la sede central de los escraches", donde se llegaron a reunir hasta centenares de personas.

Paco Camps disertó sobre la ciudad en el Rotary Valencia Puerto con una conferencia con el título 'Valencia y las murallas ideológicas'. El ex presidente de la Comunitat Valenciana, muy activo en las redes y muy visible en la sociedad civil -le vimos en primera fila en el Casino de Agricultura el martes pasado- estuvo en la Sala Turia del Hotel Westin a solicitud de la directiva del Rotary Club Valencia Puerto.

 

"Valencia se abrió a su entorno en el siglo XIX con el derribo de las murallas y la ocupación paulatina de todos los espacios que había alrededor de la misma", comenzó, mientras un mapa de la ciudad, ocupaba la pantalla, para explicar el cambio de contenido específico, que no de enfoque o concepto.

Pues con el imaginativo símil entre la muralla física y la ideológica, confinamientos fuertes, defensivos y aislacionistas por igual, el futuro constitucional de Valencia y la reivindicación de un brillante pasado reciente, sin pábulo a la nostalgia, Camps ilustró la oportunidad de derribar “las murallas ideológicas que asfixian una ciudad que tiene vocación cosmopolita y liberal, y que hoy está gobernada por dirigentes de visión seudoidentitaria y completamente ajenos al pulso real de una sociedad que hundiendo sus raíces en tradiciones y sentimientos centenarios ha crecido cuando le han dejado mirar al futuro sin cortapisas”.

Con la historia de la ciudad en la cabeza desde Jaume I y desde el Decreto de Nueva Planta, con el mapa de la ciudad en el corazón desde Mancelli y desde el padre Tosca, con la historia y el mapa del Cap i Casal y de la Comunitat Valenciana grabados en su propia piel, en tono muy cercano y muy ameno -desenfadado en ocasiones- realizó una cuidadosa radiografía de la situación actual de la ciudad de la que ha sido teniente de alcalde y de la Comunitat de la que fue conseller y Presidente.

 

Y un buen diagnóstico. Que, desprovisto de alarmismo innecesario, presenta signos evidentes de agotamiento e indicios de imperiosas medidas propedéuticas en evitación de su colapso. Agrupadas en apartados como desarrollo y espacios urbanos, ecosistemas y espacios verdes, “acciones fuertes” (citando la Ampliación del Puerto, Feria Valencia, o el Mestalla y el fútbol), cultura y patrimonio, movilidad urbana, y actividad diaria (miles de licencias atascadas), carencias y oportunidades perdidas (como L’Hermitage), para terminar en las extravagancias políticas y la vida cotidiana. No faltaron los datos rigurosos, ni mucho menos el convencimiento y firmeza de sus planteamientos.

 

Y tras repasar, sin falsa modestia, tanto los logros obtenidos a nivel municipal como concejal de Rita Barberá como los autonómicos bajo su propia Presidencia, afirmó “Valencia pasó de ser una ciudad grande a una gran ciudad”. Luego, no faltaron las propuestas, ni los anhelos. Tampoco las críticas, ajustadas y elegantes, aunque no exentas de fina ironía al hablar de los escraches. Él que los sufrió hasta en el día de la defensa de su tesis doctoral (ayer se cumplieron diez años), y de las campañas orquestadas por la izquierda y su agenda ideológica. “La misma que une a Zapatero y la calle Colón con Obrador” sentenció sintético en una frase genial.

Mientras el Valencia CF salvaba los muebles en San Mamés, el ex presidente Camps no rehuyó comentarios muy críticos con el PP de Rajoy de alguno de los presentes, precisamente después de responder a “la pregunta del millón” que también llegó de uno de los participantes de un aforo completo. "Estaría encantando si mi partido me lo propusiera", vino a decir. Sin necesidad de que se hiciera explícito el qué. Fue muy aplaudido a lo largo de su intervención.