La consellera de Justicia valenciana también se aferra a sus 2 coches oficiales

La consellera de Justicia del PSOE, Gabriela Bravo, es la única personalidad del Gobierno valenciano con dos coches oficiales en su poder, uno por cada cargo público que ostenta actualmente, uno en el poder Ejecutivo y otro en el Legislativo. Recientemente ha sido elegida miembro de la mesa de Las Cortes, el órgano de dirección de la Cámara, lo que le otorga dos asesores además de la posibilidad de solicitar el vehículo. Ha tomado posesión sin dimitir del primero. Por ello se está cuestionando no solo su nombramiento por su relación sentimental con Ximo Puig -quien también se enroca en la presidencia obstaculizando la investidura del PP- sino que también se pone en duda una posible ilegalidad en la compatibilidad de ambos cargos.

Bravo no tiene intención de dimitir y se aferra a la Conselleria de Justicia aunque sea por unos días más hasta que tenga lugar la investidura. Gana tiempo al solicitar un informe de compatibilidad a Abogacía de la Generalitat que depende de la Presidencia de su pareja Ximo Puig, en lugar de encargarlo a los letrados independientes de Las Cortes.

La reputada fiscal que fue vocal del Consejo General del Poder Judicial ha sido criticada por no "respetar la separación de poderes" -en palabras de la vicepresidenta Aitana Mas- al formar parte del Ejecutivo a través del Consell y del Legislativo en la mesa de Las Cortes. "Bochornoso" es el adjetivo que ha empleado el portavoz del PP en Las Cortes, Miguel Barrachina. El presidente electo Mazón cuestiona la legalidad y les acusa de "okupar" la Generalitat.

¿Por qué manchar su imagen, al menos a nivel mediático, por mantenerse sólo unas semanas más al frente de Justicia? Fuentes próximas apuntan a que solo se debe a su voluntad de protagonizar la foto del traspaso de poderes. El momento simbólico en el que Bravo entregará la cartera de Justicia al próximo conseller de Vox, cuya identidad se desconoce aunque se perfilan José María Llanos y Belén Gil.