Hasta luego, 15 M

Dormitaba el sesteo después de haberme metido entre pecho y espalda medio "Coq au vin" tal y como me enseñaron a cocinarlo en la Borgoña profunda, cuando me aparece en el móvil un aviso de ESdiario con el titular: "Irene Montero 'huye' de las protestas e ignora a una anciana desahuciada".

 Leo el artículo sobre un incidente en el que la otrora martillo de herejes capitalistas propietarios de pisos y escracheadora habitual allá donde pudieran filmarla los noticieros, le acababan de montar, ¡a ella! propiamente un escrache en vivo y en directo, algo vocinglero y un pelín faltón: "vividoras, fuera vendeobreros/as, desertoras del movimiento de las trabajadoras más castigadas por la pobreza, aprovechadas, financiadoras de chiringuitos inútiles para la mujer, mentirosas, desvergonzadas, iros de nuestros barrios, ...", fueron algunas, entre otras lindezas, que tuvieron que escuchar Irene Montero y su anfitriona en Valencia Mónica Oltra que la esperaba en Centro Mujer 24 horas, se supone que para recibirla en loor de multitudes y pleitesías, cuando un grupo 'ciudadane' (mayoritariamente 'femenine') ácrata y descreído, visiblemente transversal, y llamado, para más inri de las vituperadas políticas ¿de izquierdas? 'Frente Obrero', montándoles un pollo de mucho volumen del que no salieron todavía peor desplumadas y cacareando gracias a los chicarrones guardaespaldas.

Tal cual, nueva movida paradójica del cazador cazado, que ya le pasara en ocasiones varias a su amantísima Ada Colau, alcaldesa del batiburrillo barcelonés, cuando fue a por uvas y los okupas, sus antiguos coleguillas de la patada a la puerta, la hicieron llorar: "¡traidora!", tragagándose su propia y amarga medicina; eso sí para volver con el coche oficial a su palacete en la plaza Sant Jaume, y cobrar la miserable bagatela al mes de 8.300 €, más añadidos de plenos, comisiones, dietas, viajes etc.

Pero, y ya absolutamente espabilado sigo leyendo la noticia de mi compañero Jonathan Martínez, que añade propina informativa, cuando la marquesita de Galapagar, no sé si sorda, corta de entendederas o ambas disminuciones, responde ya a cubierto del griterío reprochón, tras ser reiteradamente preguntada por este periódico sobre lo que acaba de suceder ahí fuera en la calle, responde: "Ay, lo siento. Te habré entendido mal".

El único que debió excusarse con un educado "lo siento" fue mi compañero por haberle pisado el callo con la pregunta más obvia en aquel preciso momento tras la algarabía

Hasta donde llegan mis entendederas, por supuesto más cortas que las de doña Irene Montero, los periodistas dominamos, puro oficio, un lenguaje fluido de contrastada ortografía, y explícitamente concreto cuando se trata de información (sagrada), otra cosa es la opinión (libre y expuesta a querella), permítame pues, la doña podemita llamarla bolera y farsante, porque bien contestaba a cualquier pregunta cuando sostenía una pancarta mitinera, reclamando el voto a los auténticos proletas. El único que debió excusarse con un educado "lo siento" fue mi compañero por haberle pisado el callo con la pregunta más obvia en aquel preciso momento tras la algarabía.

Su compañera, Mónica Oltra, no menos corrida en este 'aplec vergonyós', debió adelantarle a la chulapa madrileña que en Valencia mejor contestar y dar la cara, antes que huir como la zorra del cuento: "A qui no està fet a bragues, les costures li fan llagues". Y es que claro, hace 10 años de aquel 15M cuando nuestros sans-culottes (sin calzones en la Revolución Francesa) estos posturistas progre-universitarios se aprovecharon yendo al rebujo del gran movidón social provocado por la crisis económica, gracias a que sus vaqueros llevaban las costuras hacia fuera, y los leggins siquiera llevaban.

Irene Montero 'huye' de las protestas e ignora el testimonio de una anciana desahuciada

Al menos aquel mayo del 68 ha quedado en la cultura Pop, la mitología progre y lo desenfadado del surrealista "prohibido prohibir", pero de estos mendas que reivindican el mayo del 2011 vendiéndonos la burra del arriero para después de afanarnos el voto subirse a nuestros lomos como auténticos señoritos/as vividores del hacer lo que yo os digo, pero no lo que yo hago, solo puede esperarse tocomochos ideológicos. Por eso ha sobrevenido el affaire valenciano, y muchos más que se sucederán pringándoles las contradicciones, si estos pícaros del XXI no se guarecen en sus casoplones, y en silencio disfrutar sus vidorras como rentistas del aquel gran engaño cuando un 15M los creíamos diferentes a los políticos que decían denostar.

A una anciana desahuciada, las solidarias Montero y Oltra la dejaron con la palabra en la boca y la indigencia por llegar como única esperanza. Aquella mujer es la Historia personificada. El 15-M anecdotario de almanaque.