| 03 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Luis Rubiales en la Moncloa.
Luis Rubiales en la Moncloa.

Vaya “Ferragosto” llevamos: vuelve “El Caso”

Opacar a las campeonas del mundo futbolístico, cambiando una heroica victoria suplantada por las imágenes de un calvorota salido e incontinente además de toca-huevo hortera y zafio.

| Pedro Nuño de la Rosa Edición Alicante

Bajo un calor sahariano se nos están perjudicando las meninges colectivas bombardeadas por los mass-media, y con efecto retardado en la onda expansiva de las redes sociales donde el mensaje más polémico y extravagante es el medio de conseguir más “seguidores” adictos al efímero bloguero/a.

Dos o tres noticias que en otras épocas hubieran ocupado un cuarto o faldón de página, hoy se llevan titulares a cinco columnas, dobles hojas y harto confusionismo entre información y opinión.

Empezando por Daniel Sancho, un chico bien y de apolíneo porte viscontiniano, convertido en la reencarnación (real) del descuartizador Hannibal Lecter, doctor y psicópata, además de chef antropófago; sin embargo, en el asunto siniestro del hijo del actor Rodolfo Sancho, y por lo que sabemos, no pasó del banco para diseccionar en cocina a los pucheros propiamente caníbales. La noticia es puro morbo colectivo e impropio del que no deberíamos hacernos mayor eco del muchísimo que ya llevamos gastado, salvo que retrocedamos a la España negra franquista cuando el periódico “El Caso”, y sólo puntualmente, informaba de escabrosos crímenes, vendiéndose más que el resto de los rotativos de información general.

Continuando por un chuleta machongo, Luis Rubiales, presidente y sobrado mandamás de la RFEF, sorprendiendo con un beso morrudo a la desprevenida jugadora Jenni Hermoso. Corre tinta periodística como para abastecer al Mar Negro; más horas de televisión que las antiguas “carta de ajuste”; y un empecinamiento contra este impresentable (aquí y en el extranjero) al que la sociedad española ya le ha enseñado la roja y, por tanto, no tiene otra salida que la patada en el culo y a seguir. Lo demás es insistencia en quemar las cenizas. Ruido en la campana de vacío. Opacar a las campeonas del mundo futbolístico (a ver si aprenden ellos), cambiando una heroica victoria suplantada por las imágenes de un calvorota salido e incontinente además de toca-huevos hortera y zafio. Si ahora dimite o no, es ya lo de menos, bastante tiene el menda con explicarse ante familia, pareja e hijos. Nadie lo conocía antes, hasta la previa en que puso a caldo a la selección femenina llamándolas con de todo, ni nadie lo reconocerá después fuera de las antologías del disparate. Se irá cuando ya lo hayamos ido.

Y finalizando con el “nota” bitelmano Carles Puigdemont, quien, desde su autoexilio escapista de la Justicia española, tiene alborotado al gallinero parlamentario de la Carrera de San Jerónimo. Además de mantener a un Gobierno que puede prolongar cuarto y mitad de su mandato constitucional donde todos aparentan lo que en realidad no son: el gallego sabio Núñez Feijóo como presidente de derecho, pero no de hecho en nuestra isla Barataria; Pedro Sánchez jugador trilero sacando o escondiendo la bola del independentismo ante una España perpleja porque en Derecho Constitucional la parte no puede decidir por el todo; Yolanda Díaz entregándole en bandeja de plata los cataplines de Pablo Iglesias traicionado por la luminaria Salomé (Ione Belarra); Aitor Esteban (PNV) jugando al “teto” alternativo del “ni sí, ni no, sino todo lo contrario” del habitual arcano vasco; y por último “el desafío catalán”, donde Junts per Cataluña y ERC discrepan en lo accesorio: política de izquierdas o de derechas, y coinciden en lo que para ellos es fundamental, y para los demás imposible, amnistía y referéndum separatista.

Mientras aquí en la Comunitat, País o Regne hemos sacado del baúl de los recuerdos la vieja polémica de si hablamos catalán, catalán-valenciano o puramente valenciano. Discusión bizantina y por ende irresoluble como el sexo de los ángeles. ¿Hablan los portugueses gallego o galaico? ¿a la inversa? Por cierto, el castellano nació en La Rioja y no en Castilla. Y refrescando memorias lingüísticas los norteamericanos tienen su propio Diccionario de la Lengua donde constan variantes y modismos ¿dialectales? Y en eso lleva cordura Carlos Mazón, aunque veo un tanto hilarante, amén de que no sabemos quién será el paganini del cambio de registro traductor en Bruselas.