El suegro del tenista fallecía a la edad de 63 años, tras una larga época lidiando con problemas de salud. Su hija y su madre comparecieron en el funeral muy afectadas por la pérdida.
La alegría del nacimiento del primer hijo de Rafa Nadal y Xisca Perelló hace apenas seis meses se ha visto se ha tornado en tristeza por la noticia del fallecimiento de Miquel Perelló, padre de ella, el pasado jueves en Manacor.
La desolación de Xisca y de su madre, María Pascual, era palpable en el funeral de su padre, fallecido a los 63 años y al que despidieron en la iglesia Cristi Rei de la misma localidad que vio nacer al tenista y su mujer. Absolutamente derrumbadas, Xisca y Mary estuvo en todo momento arropada por su familia política.
Mery Perelló, arropada por Rafa Nadal y su familia en el último adiós a su padre https://t.co/uVbhu30NuN
— Revista ¡HOLA! (@hola) April 21, 2023
Miquel, quien tenía una estrecha relación con Rafa, se dedicaba al sector de la construcción y era un hombre muy querido en su tierra. Sus amigos y sus seres queridos le llamaban con el cariñoso apelativo de ‘Patró’ (patrón) y llevaba años lidiando con numerosas dificultades de salud que también le habían provocado problemas de movilidad.
Muy discretos con su vida privada, el tenista de Manacor y su esposa, por el momento, no han lamentado la pérdida en público.
Hola a todos. Hace un tiempo que no me comunico directamente con vosotros. Han sido unas semanas y unos meses difíciles. Como sabéis me hice una una lesión importante en Australia, en el Psoas. pic.twitter.com/m0TbsGFn5t
— Rafa Nadal (@RafaelNadal) April 20, 2023
En la iglesia de Cristi Rei vimos, por supuesto, a Rafa Nadal, apoyo incondicional de su mujer en estos delicados momentos, pero también a los padres del tenista, Sebastián Nadal y Ana María Parera, y a su hermana, Marisa. Todos haciendo equipo junto a Xisca, que no se separó en ningún momento de su madre, que tampoco podía disimular su desolación por tener que despedirse tan pronto de su marido. Y, junto a ellos, numerosos vecinos del barrio de Manacor donde vive la familia Perelló, ya que Miquel era una persona muy querida.