Fracaso estrepitoso del Barça de Xavi: Un milagro para seguir en Champions

El Barcelona tiene su clasificación para los octavos de final de la Champions en chino. No pudo ganar al Inter en el Nou Camp (3-3) y ahora tiene que ganar los dos partidos que quedan, el primero ante el Bayern, y esperar que el equipo italiano no venza al Viktoria Plzen. 

Xavi cambió de sistema y sacó un 3-4-3 para jugar lo que él mismo calificó como una final. Con el Nou Camp prácticamente abarrotado, el Barcelona salió confiado en que lograría la victoria ante el Inter de Milán para seguir disputándose con el equipo italiano la segunda plaza de su grupo de Champions. El Bayern, que goleó a domicilio al Viktoria Plzen, juega a otra cosa. 

Sin embargo, el Inter asustó desde muy pronto a la hinchada blaugrana. Se esperaba un autobús en el área interista y fue todo lo contrario. El equipo de Inzaghi defendió serio y combinó en medio campo con clase hasta llegar a las últimas posiciones del campo. 

El encuentro estaba nivelado, aunque el que ponía más peligro a sus acciones era el Inter, con Dzeko y Lautaro Martínez siempre amenazantes. El partido del argentino fue un escándalo absoluto. Sin embargo, todo cambió en el minuto 40, cuando Dembélé remató a bocajarro un extraordinario pase de la muerte de Sergi Roberto. Quizá demasiado fruto para tan poco dominio, pero el tanto del francés llevó la ilusión y la alegría al abarrotado feudo culé. 

El comienzo de la segunda parte fue aterrador para el Barcelona. De estar en condiciones, la pareja titular de centrales para Xavi es la formada por Koundé y Araujo. Con ambos lesiones, el técnico de Terrassa tuvo que recurrir a Piqué y a Eric García. El primer gol interista, obra de Nicolo Barella, fue un error absolutamente grosero del exinternacional, que no se había dado cuenta de que rompía el fuera de juego. Tremendo. 

Y aún peor el segundo. Eric García dejó que Lautaro controlara un balón llovido del cielo. Le dejó que hiciera con él lo que quiso y el argentino disparó al fondo de las mallas. De auténtico chiste. 

Con todo perdido, el Barcelona sacó energías de donde no las tenía y Lewandowski, con la ayuda de la defensa italiana, llevó un poco de esperanza con el 2-2 a falta de diez minutos para que concluyera el encuentro. Cuando parecía que lo más cercano era la victoria blaugrana, Gossens culminó una perfecta contra lanzada por Lautaro, de largo, el mejor jugador del encuentro.  

En el primero de los seis minutos de prolongación, Lewandowski volvió a situar al Barcelona en lo más alto de la montaña rusa emocional en la que se convirtió el encuentro en una increíble segunda parte. El Barcelona lo siguió intentando en los últimos minutos del encuentro, pero el partido concluyó con un 3-3 insuficiente después de que Ter Stegen salvara al equipo de Xavi Hernández, por dos ocasiones consecutivas, de una eliminación definitiva. Ahora, solo es virtual. Y en tres días, al Bernabéu.