Tras el último crimen brutal en el Puerto Olímpico, la alcaldesa ha acusado a PP y Cs de una campaña de manipulación. Pero el portavoz de los vecinos de la zona tumba su estrategia.
La respuesta de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, al último y brutal asesinato de una joven de 26 años en el Puerto Olímpico de Barcelona ha sido culpar a la "derecha" de manipular la situación de la seguridad en la Ciudad Condal.
Todo, pese a que el propio Ministerio del Interior ha confirmado este miércoles que los delitos en la capital catalana se han incrementado en un 30%, frente al 4% del resto de España.
La situación es de tal gravedad, que este mismo jueves se han convocado de urgencia dos cumbres de alto nivel; una de la Generalitat con los comerciantes y las asociaciones vecinales, y otra en la Delegación del Gobierno con miembros de la Judicatura, la Fiscalía y los cuerpos policiales.
A Colau le ha desmontado su estrategia el portavoz de la Asociación de Vecinos del Puerto Olímpico, Jordi Guiró. En Espejo Público, Guiró le ha cantado las verdades a Colau.
"Yo no soy ni de izquierdas ni de derechas, soy simplemente un vecino. A la alcaldesa le digo que venga por aquí, que gustamente le enseñaré lo que pasa", ha ironizado.
DIRECTO | #05SeptiembreESPV
— Espejo Público (@EspejoPublico) 5 de septiembre de 2019
Jordi Guiró, presidente de la Asociación de Vecinos 'Villa Olímpica', se queja de la #CrisisDeInseguridad que se está viviendo en Barcelonahttps://t.co/WTlAxQRENy pic.twitter.com/bIvvMI3oxB
Guiró ha reconocido que en los últimos días, tras agotarse la paciencia de los barceloneses y la alerta lanzada por algunas embajadas europeas y de Estados Unidos advirtiendo a sus ciudadanos del riesgo de visitar Barcelona, hay un despliegue policial que no ha existido hasta ahora. Y ha relatado la situación de inseguridad que viven los residentes y los turistas de una zona clave para la capital.
Y es que a Colau, se le empieza ha terminar la coartada de la última legislatura y su pasividad con los narcopisos, los manteros y los inmigrantes ilegales que campan a sus anchas por las calles la han dejado contra las cuerdas.