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El escándalo de Marta Riesco en Roma puede acabar con el Sálvame de La 1

El Consejo de Informativos de RTVE arremete contra La Familia de la Tele y denuncia la pérdida de credibilidad y el daño irreparable para la imagen de la televisión pública.

Marta Riesco, cubriendo el 'habemus Papam' con un micrófono de TVE.RTVE

David Lozano
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En cualquier cadena seria, La Familia de la Tele se habría cancelado no ya por sus pésimos datos de audiencia, sino por los escándalos que atesora en menos de una semana de emisiones. Pero en la España de Pedro Sánchez, el espacio no solo no se cancela, sino que se financia con dinero público, en La 1 de TVE.

El Habemus Papam de este jueves 8 de mayo podría marcar el principio del fin del Sálvame de La 1. En una clara mofa informativa -o provocación-, los responsables del programa (y de la TVE de José Pablo López) decidieron que Marta Riesco suplantara a los profesionales informativos de RTVE, y allí se plantó con un micrófono con la imagen corporativa de TVE.

Y el Consejo de Informativos ha estallado. En un durísimo comunicado, ha arremetido contra La Familia de la Tele y contra la dirección de Televisión Española:

"El Consejo de Informativos de TVE urge a la presidencia y al Consejo de Administración de RTVE a actuar para que el programa La Familia de la Tele no merme la credibilidad de nuestros servicios informativos ni perjudique nuestra imagen de marca", arranca el comunicado.

Y prosigue: "Los profesionales de la información de esta casa llevan largas jornadas en Roma informando con seriedad y rigor sobre el cónclave por la elección del nuevo papa. Ayer, La Familia de la Tele envió a una de sus colaboradoras a Roma, a un evento claramente informativo, utilizando el micrófono de TVE. Ni el tono ni la forma de este programa es lo que se espera de una televisión pública en un evento de esta importancia”.

"A ellos, a nuestros profesionales, les felicitamos por el gran trabajo llevado a cabo estos días, por estar a la altura de la función de servicio público que tenemos encomendada. Ponemos en valor, además, la capacidad de reacción de la dirección, interrumpiendo la programación para abrir paso a los servicios informativos en el desenlace del cónclave", concluye el duro comunicado.

Tal y como les hemos contado en ESdiario, la ex de RTVE, la escritora y periodista Ángeles Caso, ha arremetido contra José Pablo López y Pedro Sánchez por su modelo de televisión: “No con mis impuestos”. Críticas a las que hay que sumar otra autoridad profesional y moral de TVE, María Escario, que también ha sido Defensora de la Audiencia.

La veterana periodista deportiva, que anunció su jubilación y retirada de TVE en verano del año pasado, ha compartido en X un artículo tajante contra Belén Esteban, María Patiño y compañía en la primera cadena del ente público. El titular lo dice todo: "Que alguien se tome en serio a TVE".

Sus argumentos son demoledores: “Han despellejado a mujeres por su físico o su comportamiento asegurando al mismo tiempo que eran feministas”, dice, y no se corta a la hora de definir al nuevo programa de las tardes de La 1: “Nos han puesto delante de los ojos las partes más cutres, incultas, cotillas y desequilibradas de una sociedad que ya no sabe con qué entretenerse”.

Las críticas internas son imparables y se unen a las externas. El escándalo de Marta Riesco podría ser el principio del fin. Si hablamos de audiencias, el programa ya está sentenciado:

En su primera semana, el programa registró cifras catastróficas. El 8 de mayo obtuvo una media de 623.000 espectadores y un 8,9% de cuota de pantalla, con un tramo específico que descendió al 6,2%, igualando los datos de su predecesor, El cazador. Y siendo la quita opción para los telespectadores. Una ruina muy cara. Estos números lo posicionaron por detrás de competidores como Y ahora, Sonsoles, en Antena 3, y El diario de Jorge, en Telecinco, que alcanzaron cuotas del 11,2% y 12,1%, respectivamente.

Todo apunta a que La Familia de la Tele podría ser un costoso experimento fallido. El tiempo dirá si RTVE escucha a sus profesionales, a sus espectadores... o al poder político.

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