| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin no se perdieron el debut de Pablo con el Barcelona.
La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin no se perdieron el debut de Pablo con el Barcelona.

El ¿verdadero? motivo de la ausencia de la Infanta Cristina en la boda griega

Este fin de semana se celebró uno de los eventos de la realeza europea más esperados desde hace varias décadas. La Reina Sofía, su hermana Irene y su hija Elena no se lo quisieron perder.

| Redacción Chismógrafo

Día inolvidable y muy especial para la Infanta Cristina que, coincidiendo con la boda de su primo Philipos de Grecia con Nina Flohr en Atenas, asistía al debut de su hijo Pablo con el Barcelona de Balonmano en la Liga Asobal.

Un motivo de peso para perderse uno de los enlaces del año, al que asistió orgullosa y emocionada desde las gradas con su marido, Iñaki Urdangarin, con el que no se le veía en público desde el pasado verano.

Intentando pasar desapercibidos mezclados con el resto del público, los exduques de Palma demostraron ser los mayores fans de su hijo Pablo, de 20 años, en su primer partido en la Liga Asobal, máxima categoría del balonmano español. El segundo hijo de la Infanta Cristina ha debutado con el primer equipo del Barça tan solo un mes después de su estreno con el Barcelona B (que juega en la División de Honor de Plata del balonmano español) disputando 20 minutos del encuentro y marcando tres goles que contribuyeron a la abultada victoria del equipo culé frente al Huesca.

"El mayor parecido es que ambos somos zurdos, aunque a su edad tiene más talento que yo cuando jugaba", declaró Iñaki Urdangarin al diario La Vanguardia, sin disimular el orgullo que siente por Pablo, del que ha destacado que "es más delgado que yo y con 1,94 metros tiene más polivalencia, es más rápido".

Y ahora, siguiendo los pasos de su padre (que jugó en el Barcelona de balonmano entre 1986 y el año 2000) y después de un año entrenando sin ficha con equipo B del club culé, Pablo ha debutado con el primer equipo, demostrando su entrega y su valía ante la orgullosa mirada de la Infanta Cristina, que no se ha perdido detalle del partido y que ha aplaudido emocionada a su hijo, con un prometedor futuro en el mismo deporte con el que Urdangarin llegó a ganar seis copas de Europa y dos medallas olímpicas.

La gran boda griega del fin de semana: grandes ausencias y presencias

Sin duda la mejor excusa para no ir a una de las citas del año en la Realeza europea. Y es que Atenas vivió, con la boda de Philipos de Grecia y Nina Flohrm, uno de los fines de semana más mágicos y especiales que se recuerdan en la capital griega, ya que la primera boda real celebrada en el país en los últimos 50 años llenó de alegría, glamour y emociones las calles, y de felicidad a sus habitantes, encantados con el desfile de celebridades al que asistieron en los últimos días. Eso sí, por parte de la Familia Real española se echó en falta tanto a los Reyes Felipe y Letizia, como a la propia Infanta Cristina.

El caso es que este domingo, mientras Cristina y Urdangarin veían a su hijo jugar  para poner el broche de oro a los festejos de su enlace y a un fin de semana de ensueño, los novios invitaron a sus familiares y amigos más cercanos a una comida informal en el Club Naútico de Atenas, uno de los lugares favoritos de la Familia Real griega y en cuya terraza Philipos y Nina Flohr despidieron personalmente a sus invitados, agradeciéndoles su asistencia a su boda y su cariño con un almuerzo que nadie quiso perderse.

Así, el Hotel King George de Atenas (en el que se alojaron la mayoría de rostros conocidos al enlace) se convirtió en un auténtico desfile de royals que, felices y relajados tras una boda perfecta, abandonaron el lugar para poner rumbo, en varias furgonetas que les esperaban, al Club Naútico de la capital griega.

Doña Sofía, su hermana Irene y la Infanta Elena: representantes de la Casa Real española

De las más madrugadoras, la Reina Sofía, su hermana Irene y la Infanta Elena, de lo más sonrientes y agradecidas con el cariño que les tiene el pueblo griego. Mientras la madre de Felipe VI optó por un look de lo más moderno con pantalón acampanado, blazer en color azul celeste y numerosos collares de abalorios, la Duquesa de Lugo acertó de lleno con unas originales gafas de sol, una chaqueta de ante marrón y su media melena rizada al natural, una imagen bastante inusual que le favorece muchísimo.

Además de ellas, también otros rostros conocidos salieron del hotel como fue el caso de Christian de Hannover y Sassa de Osma, convertida una vez más en la más elegante de la jornada con un sofisticado vestido color caldera con estampado de caballos, un original bolso estilo bombonera y unas veraniegas cuñas negras. Un look estilo boho que compartió con Tatiana Santo Domingo, que acompañada por Andrea Casiraghi lució un vestido midi con botones frontales en colores pastel, con cuello caja y manga corta abullonada.

Kyril de Bulgaria, por su parte, abandonó el hotel con su novia, Katharine Butler, mientras que el marido de Beatriz de York, Edoardo Mapelli, lo hizo en solitario luciendo un original borsalino.

Por parte de la Familia Real Griega vimos, felices y relajados, al Rey Constantino (en silla de ruedas por sus problemas de movilidad) y a la Reina Ana María, a la Princesa Theodora, con un favorecedor vestido azul, a Tatiana Blatnik y Nicolás tan cómplices como de costumbre y a la Princesa Alexia con su marido, Carlos Morales, y sus cuatro hijos, Arrieta, Carlos, Ana María y Amelia, con los que posó de lo más cómplices a las puertas del hotel.primir

La boda más esperada en Grecia desde hace varias décadas

Todo ello después de que Philippos de Grecia y Nina Flohr hicieran realidad uno de sus mayores sueños. El hijo de Constatino de Grecia y la hija del fundador de la compañía suiza de jets privado VistaJets, Thomas Flohr, se dieron el 'sí, quiero' en la iglesia de la Anunciación de Santa María.

La feliz pareja ya se casó en diciembre en Saint- Moritz en una boda civil celebrada en la más estricta intimidad y fue este tercer fin de semana de octubre, casi un año después, cuando celebró su amor en compañía de familiares y amigos siguiendo las tradiciones del rito ortodoxo.

Nina deslumbró con un vestido voluminoso y escote barco adornado con sutil pedrería de Chanel que combinó con la tiara del Corsario, perteneciente a la reina Ana María y que ya lucieron Marie-Chantal Miller y Tataina Blatnik en sus respectivas bodas.