| 05 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Lewandowski celebra su gol ante Osasuna
Lewandowski celebra su gol ante Osasuna

Barcelona 2 - 0 Osasuna: Lewandowski y Yamal se citan con el Real Madrid

Los de Xavi hicieron un partido ramplón pero los goles del polaco y del hispanomarroquí decidieron en la segunda parte. Otro Clásico en la final, fuera de España, con los socios sin poder ir

| Miguel Queipo de Llano Deportes

Habrá Barcelona-Real Madrid en la final de la Supercopa, el partido esperado, otro Clásico fuera de nuestras fronteras, que dicen que atrae a mucha gente y es magnífico para la expansión de marca, aunque los socios de ambos equipos se queden con las ganas de poder presenciar el partido en directo. Los de Xavi Hernández se deshicieron de Osasuna (2-0) gracias a un gol de Lewandowski y a otro de Lamine Yamal en el alargue, y se citan en la gran final con el Madrid, que ayer doblegó al Atlético (5-3) en un partido sin defensas.

El derbi madrileño de la primera semifinal fue todo lo contrario que lo sucedido en la segunda. El Barcelona, que llegaba sumido en un mar de dudas, se plantó ante Osasuna como un Ford Escort del 84, eso siempre ha funcionado bien pero empieza a dar problemas y lo mismo no termina el próximo viaje. En cuarta cuesta ariba y echando humo, con Sergi Roberto, Gündogan y De Jong en el medio, y con Joao Felix viendo el partido desde el banquillo.

Osasuna jugó a lo que sabe: muy buena organización defensiva, un delantero (Budimir) que es un peligro porque conoce el oficio y un porterazo, Sergio Herrera. Con eso, plantó una cuesta arriba al destartalado automóvil barcelonista, que se las vio y se las deseó en el primer tiempo para hacer daño a su rival, aunque no sufrió absolutamente nada. Sólo un disparo de Lewandowski que desbarató Herrera fue una ocasión digna de mención para los azulgrana, vestidos de blanco porque en algún lado tendrán que vender camisetas de ese color siendo culés, en Barcelona seguro que pocas.

Gol y siesta

Tras ese primer tiempo plomizo, los de Xavi mejoraron algo en la segunda parte, como si les hubieran echado una lata de aditivo en el depósito de combustible, con De Jong a buen nivel por fin. El motor seguía rateando y echando humo, pero al menos vivía más cerca del área osasunista. Y en una jugada en la que Osasuna reclamó falta en el arranque, Lewandowski aprovechó para rematar desde la frontal y hacer el primer tanto del partido.

 

Los cambios no le sentaron bien al Barcelona y sí a Osasuna, que en el tramo final apretó y tuvo sus opciones para hacerle daño a los culés. El Barcelona trató de sujetar la posesión pero comenzó a cometer errores impropios de un equipo de su nivel, y el juego de los rojillos de presionar arriba y buscar todas las segundas jugadas se le atragantó. Tampoco es que el empate estuviera cerca, pero es que tampoco el Barcelona hizo nada para llevarse holgadamente el partido. Pero Lewandowski quería citarse con el Madrid, y enjauló la que tuvo. El tanto en el alargue de Lamine Yamale fue un clavo extra en el ataúd rojillo. Inmerecido, pero es lo que hay. Al menos le sirvió al Barça para poner fin a la racha más larga de su historia ganando partidos por sólo un gol de diferencia: acabaron siendo veinte. ¡A Canaletas!