| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ley de vida: llegó el ocaso de un ciclo triunfal

"Unos no podemos ganar siempre, otros no pueden ganar nunca". Así está la tropa blanca. Dolorida, sangrando, pero no muerta. Ni haciendo sangre.

| Miguel Queipo de Llano Deportes

Algún día tenía que pasar. Y ese día es hoy. El antimadridismo tiene por fin algo que celebrar tras tantos años de catastróficas desdichas, así que de recibo es pedirles que lo disfruten con moderación. Porque el Rey siempre vuelve. Es curioso hablar con el aficionado madridista esta mañana, tras el durísimo correctivo sufrido ayer por el Real Madrid en Manchester ante el City, ese 4-0 que no es más que la representación numérica de un chorreo. Ese madridismo está sereno y agradecido. Agradecido a un grupo que le (nos) ha dado diez temporadas de gloria, desde Lisboa 2014 y hasta este 2023, con cinco Copas de Europa reluciendo en el salón de casa. Y reconociendo que hasta aquí hemos llegado.

 

He leído una frase en Twitter que me ha tocado la fibra. "Unos no podemos ganar siempre, otros no pueden ganar nunca". Así está la tropa blanca. Dolorida, sangrando, pero no muerta. Ni haciendo sangre. Es obvio que llegó el momento de dar por finalizada una etapa maravillosa, pero los problemas económicos del Real Madrid, cuya directiva antepuso un techo retráctil, un ascensor de césped y una piel envolvente a seguir construyendo proyectos deportivos a medio-largo plazo, hacen complicado pensar en una revolución. Y no me gusta esa palabra porque tampoco es para tanto. Es, simplemente, ley de vida. Unos vienen, otros van, el Real Madrid permanece.

No es cuestión de señalar a nadie tras lo de ayer. Cada uno tendrá sus filias y sus fobias, y su dedo acusador recaerá en determinados nombres y sin embargo levantará el pulgar a otros. Jugando a ser Nerón los aficionados somos magníficos. Lo que es obvio es que el Madrid no dio la talla, que adoleció de una falta de coraje y de intensidad que resultó terroríficamente sorprendente y que otros equipos, que visten de azul y rojo a rayas verticales y residen en una ciudad a la que llaman Condal, tardaron varias goleadas similares (Juventus, Bayern, Liverpool, Roma...) en entender que los ciclos se agotan.

Se trata precisamente de eso. De entender que el ciclo se acabó. Muchos madridistas dicen que los renovables deben renovar pero asumiendo un rol distinto, cobrando menos y como suplentes. Más allá de que aceptaran, siendo quienes son, ese papel, ¿acaso alguien se cree que un entrenador va a tener los bemoles necesarios para sentar a los que son los popes del vestuario? El Madrid se enfrenta a una encrucijada. Y desde mi modestísimo e insignificante punto de vista, el camino a tomar es no renovar a nadie e iniciar una nueva etapa. Por supuesto, sucederá justo lo contrario. Eso también es ley de vida.