| 28 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Joan Laporta, en una imagen de archivo
Joan Laporta, en una imagen de archivo

Laporta rompe a sudar al contar de malos modos su imputación en el Caso Negreira

El presidente barcelonista se disfraza de Araujo y se pone a pegar pelotazos para defender su posición, carga las tintas contra el juez Aguirre y le pierde la boca explicando su madrileñitis

| Miguel Queipo de Llano Deportes

Completamente desbocado, fuera de sí, tirando balones fuera como si fuera Araujo, cargando las tintas contra el juez Aguirre y con una falta de clase en su argumentario digno de un campesino medieval. Joan Laporta ha acudido esta mañana a El Matí de Catalunya Radio para ofrecer su versión acerca de la noticia de su imputación por parte de Joaquín Aguirre, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, en el Caso Negreira.

 

Laporta se arrancó por bulerías a la que pudo. "La decisión del juez no tiene ningún fundamento y no estoy de acuerdo. Conociendo el histórico de este juez nuestra defensa ya nos advirtió de que me podían imputar, me lo esperaba, pero estoy tranquilo porque no hay cohecho, no hay soborno, y mucho menos continuado. Es una decisión contraria incluso al criterio de la Fiscalía, que habla de corrupción deportiva y administración desleal". Como si estos dos últimos términos fueran moco de pavo. No pareció un buen argumentario inicial.

"Todos los clubes tienen un servicio de análisis arbitral, que ahora están internalizados, y se paga un precio de mercado. Se pagaba por unos servicios y hemos presentado 629 informes en 42 CD. Se arranca en época de Gaspart seguro y quizás de Núñez. Hemos demostrado unos servicios a cambio de unos pagos documentados. Pero el juez quiere demostrar que hemos comprado árbitros y arreglado partidos y no lo podrán probar porque no es cierto. La sentencia nos absolverá", continuaba Laporta, ejerciendo de futurólogo y obviando la corrupción deportiva y la administación deseal de la Fiscalía en este paso. Fiscalía de quita y pon.

Madriditis... y madrileñitis

Para Laporta “hay una campaña orquestada para desacreditar al Barcelona aprovechando el Caso Negreira. Hay un madridismo sociológico en centros de poder de la capital que tiene mucha fuerza. Yo me lo he encontrado y les he vencido. Y eso les afectó. Lo pasaron mal y tienen miedo que se vuelva a repetir lo que pasó en mi primera época, que fue el mejor Barça de la historia. Mi relación con Florentino es cordial, de respeto institucional y no sé si vendrá al Clásico. Todo el mundo puede hacer lo que quiera, pero a mí me gustaría que viniera".

Y ya, en su arreón final, el subconsciente traicionó a Laporta, que perdió los estribos en el uso del lenguaje. "Me la suda si me perdonan o no. La mayoría de la gente con poder en el mundo del deporte es del Madrid y hemos de aceptarlo, pero les ganamos y tienen pánico de que les volvamos a ganar. Combaten para mantener su estatus, no les gusta que el Barça sea querido. Quieren ensuciar el nombre del Barça y desestabilizarnos”, finalizó.