| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo y Griezmann durante el Osasuna-Atlético.
Pablo y Griezmann durante el Osasuna-Atlético.

Saúl firma un sufrido triunfo a un Atleti que se afianza en puestos de Champions

El futbolista ilicitano le regaló tres puntos a su equipo en el que ha podido ser su último partido como colchonero. Los de Simeone ganan 0-1 y se afianzan en la cuarta posición de la tabla.

| Alberto Marrero Deportes

El Atlético de Madrid venció 0-1 a Osasuna en El Sadar gracias al solitario tanto de un Saúl Ñíguez que podría estar viviendo sus últimos días como jugador colchonero. Los rojiblancos se levantan así tras la derrota en el derbi madrileño y se afianzan en los puestos de Champions League, lo único que les queda en juego esta temporada. 

Después del luto por la eliminación de la Copa del Rey y de toda la polémica que conllevó, el Atlético visitaba un estadio que sí verá un partido de semifinales de dicha competición. “Acabar de la mejor manera”, repetían en el cuadro colchonero tras quedarse sin competir por nada y para poder hacerlo sólo valía ganar porque de lo contrario, Osasuna igualaría a puntos a los del Cholo Simeone.

Álvaro Morata era suplente y el Cholo Simeone ponía a Griezmann y Correa como hombres más adelantados. Por detrás Koke, De Paul, Lemar y Pablo Barrios, que ya estrenó su dorsal ’24’ de primer equipo ante el Real Madrid. Nahuel, Giménez, Hermoso y Reinildo completaban la defensa custodiando la portería de Jan Oblak.

El choque arrancó con un buen Atlético sobre el césped con Griezmann indudablemente como el mejor de su equipo. A pesar de las buenas sensaciones tampoco es que lograsen llegar al arco contrario y con el paso de los minutos Osasuna se fue despertando de la siesta con un Abde que era titular y al que se le veía juguetón.

El extremo marroquí cedido por el Barcelona era el futbolista más activo del cuadro rojillo y protagonizó una de las jugadas del choque agarrando el cuero desde su campo y llegando hasta el área rival, donde fue derribado pero sin haber nada. Sin lograr acercarse a Oblak, Osasuna fue bajando una marcha y volvió a venirse arriba el Atlético de Madrid.

Un remate de Giménez por encima del larguero, otro con similar resultado de Reinildo o un disparo a las nubes de Pablo Barrios fueron las llegadas de los colchoneros. Y es que todo era gracias a Griezmann, que jugaba a un nivel superior que cualquiera que estuviera en El Sadar. El único inconveniente para el de Macon, el gran estado de forma de Aridane y David García en el eje de la zaga local.

Con el 0-0 se llegó al intermedio y tras el descanso volvieron los mismos al terreno de juego salvo Lemar, que dejaba su puesto a un Carrasco que calentó, y mucho, a los colchoneros por su actitud en el derbi… y la que lleva arrastrando unas semanas. Desde que arrancó el segundo acto los rojiblancos fueron superiores y Griezmann puso rápidamente a prueba a Aitor Fernández.

Por fortuna para los de Simeone Griezmann no jugaba solo. De Paul y Correa también aportaban bastante, pero como siempre también hay que destacar a Jan Oblak. Un centro de Abde y un fallo en la marca de Carrasco, permitió que el esloveno se exhibiese al detenerle un disparo a bocajarro a Moi Gómez.

¿Un último servicio?

Llegó el turno para que ingresasen en el terreno de juego Morata y Saúl por Correa y Barrios. El partido entró en una fase de idas y vueltas como si El Sadar se hubiera convertido en un campo de la Premier League. Con el Atlético acercándose y Osasuna disparando desde lejos le estaban dando emoción a un choque que iba a entrar en su último cuarto de hora con el 0-0 en el luminoso si Saúl no lo hubiera evitado.

Un pase precioso, a la par que preciso, de Rodrigo de Paul a un desmarque que tiró Saúl desde su propio campo propició que el ilicitano, que podría estar viviendo sus últimos días como colchonero, se plantase en un mano a mano con Aitor. Manu Sánchez y David García rompían el fuera de juego. El pequeño de los Ñíguez no falló con su pierna mala y abrió la lata en El Sadar.

Como en el Bernabéu, Griezmann pudo matar el partido, pero El Principito falló un mano a mano tras otra asistencia bastante buena de Rodrigo de Paul, que parece que se está ganando el perdón por este último año y medio. Pero es que Morata también pudo cerrar el choque, pero en lugar de chutar optó por un pase de la muerte que cortó Moncayola. Por suerte para ellos dos, ninguno de estos fallos le pesaron a un Atlético que se llevó los tres puntos de Pamplona después de pedir la hora tras unos minutos de asedio de los locales.