Salsa brava original: el toque picante que tu cocina necesita

La salsa brava madrileña es una deliciosa y emblemática creación culinaria de la capital de España. Esta salsa se ha convertido en una parte esencial de la famosa tapa española, las patatas bravas.

Su nombre "brava" proviene de la palabra española para "valiente" o "fiero", lo cual es un fiel reflejo del carácter audaz y picante que aporta a cualquier plato.

Historia de la Salsa Brava: descubriendo su origen

El origen exacto de la salsa brava sigue siendo incierto, pero su historia está íntimamente ligada a la ciudad de Madrid.

El término "patatas bravas" fue mencionado por primera vez en 1967, en el libro "Vivir en Madrid" del periodista Luis Carandell. En el libro, Carandell describió las patatas bravas como patatas fritas con una salsa picante, imaginando que los pobres las comerían untando pan en la salsa.

Aunque no hay registros precisos sobre la receta más antigua de las "bravas" debido a la falta de documentos históricos, es probable que platos similares se consumieran en Madrid entre las clases más humildes ya en el siglo XIX.

El gastrónomo Ángel Muro mencionó en 1893 que las patatas se servían con diversos aliños, incluso algunos picantes, tal como los pobres de Madrid las solían comer.

El término "bravas" se atribuye a un bar madrileño llamado Casa Perico, aunque también se cree que se servían en otro establecimiento llamado La Casona. Sin embargo, la falta de documentos hace que esta atribución no pueda ser confirmada de manera definitiva.

Otra teoría interesante sugiere que las patatas bravas podrían haber evolucionado a partir de las gachas manchegas, un aliño de patatas fritas consumido por las clases más humildes a principios del siglo y durante la postguerra.

Evolución y popularidad de las 'patatas bravas'

A lo largo del siglo pasado, se ha observado la presencia constante de un aliño picante que acompaña a las patatas, lo que ha llevado a la persistente popularidad de las patatas bravas.

En la actualidad, las patatas bravas son una tapa típica española y uno de los platos más queridos por los españoles.

Tienen una presencia tan destacada en la cultura culinaria que incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en un informe realizado en 2008 sobre las patatas, las incluyó en una recopilación de recetas típicas de diferentes países alrededor del mundo, reconociéndolas como un plato típico español.

Variantes de la salsa brava

Debido a su popularidad y a la variación culinaria que se ha desarrollado en distintas ciudades de España, existen desacuerdos sobre los ingredientes esenciales para preparar las patatas bravas. A continuación, presentaré dos variantes conocidas:

• Receta de Simone Ortega: En su libro "1080 recetas de cocina", Simone Ortega ofrece una receta de salsa brava elaborada con tomate frito, ajo, pimentón, tabasco, vinagre, aceite y sal.
• Receta del matrimonio Capel y Pérez: Los críticos gastronómicos José Carlos Capel y Julia Pérez proponen otra receta que incluye dos tipos de pimentones: uno picante y otro dulce de la Vera, además de caldo de cocido, aceite, vinagre y cebolla.

Es esencial tener en cuenta que estas son solo dos de las muchas variaciones que existen para preparar la salsa brava, lo que destaca su riqueza gastronómica y su capacidad de adaptarse a diferentes gustos y preferencias. Cada región o establecimiento puede tener su versión única de esta deliciosa salsa, enriqueciendo la experiencia culinaria para quienes tienen el placer de probarla.

Salsa brava, receta original

Ingredientes

• Caldo de carne o de verduras – 500 ml
• Aceite de oliva – 3 cucharadas
• Cebolla – 1 unidad
• Pimentón dulce (mejor si es de la Vera) – 3 cucharadas
• Pimentón picante, – 1 cucharada y ½
• Sal – al gusto
• Aceite de oliva –3 cucharadas

Preparación

1. Comenzamos pelando y partiendo la cebolla en trocitos pequeños o brunoise.
2. Añadimos el aceite de oliva a una sartén. Cuando esté caliente agregar la cebolla.
3. Cocinar durante unos 3 minutos o hasta que cambie de color poniéndose traslúcida.
4. Retirar la sartén del fuego y añadir el pimentón, remover para que se integre bien con el sofrito de cebolla.
5. Volver a colocar la sartén al fuego graduando para que la temperatura esté al mínimo, queremos evitar que el pimentón se queme ya que amarga.
6. Añadir la harina y remover con una cuchara.
7. Cocinar alrededor de dos minutos o hasta que adquiera una consistencia ligeramente espesa.
8. Probar la salsa y ajustar el punto de sal.
9. Usando una batidora de mano, tritura la salsa  hasta que quede suave.
10. Dejar enfriar y envasar en un recipiente de vidrio o plástico.
11. ¡Lista para servir!

La salsa brava original, es una joya culinaria que no puede faltar en el recetario de cualquier amante de la gastronomía española. Su sabor audaz y picante la convierte en una opción ideal para realzar el gusto de las patatas bravas, y otras recetas caseras..

Sin duda, la salsa brava madrileña es un clásico que perdurará en el paladar de quienes se aventuren a probarla. Si te ha gustado el artículo compártelo en tus redes sociales y déjanos un comentario con tu opinión.