| 06 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con la vicepresidenta primera María Jesús Montero durante una sesión en el Senado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con la vicepresidenta primera María Jesús Montero durante una sesión en el Senado.

La treta de Sánchez: aprobar la amnistía y luego cambiar el delito de terrorismo

La tramitación de la ley de amnistía descarriló con el no de los de Puigdemont y ahora el Gobierno piensa en nuevas vías para contentarles como la modificación del Código Penal

| Raúl Puente España

El no de Junts a la proposición de ley de amnistía supuso un golpe directo en el mentón de Pedro Sánchez. Desde ese momento y a pesar de la sorpresa -aunque esa posibilidad de rechazo por parte de Junts siempre estaba presente, está y seguirá estando- la maquinaria del Gobierno sanchista se ha puesto a trabajar para ver cómo podían encauzar la situación para contentar a los independentistas catalanes de nuevo y no perder esos siete votos tan preciados. Votos por los que el actual presidente de España parece dispuesto hasta a vender su alma. Para ello, Sumar habría sugerido al PSOE que negociara con Junts aprobar la amnistía como está y luego modificar en el Código Penal el delito de terrorismo. Es en la acusación de terrorismo donde está el principal escollo para sacar adelante la norma.

Muestra de ello son las declaraciones del propio Sánchez y que son toda una declaración de intenciones: “El independentismo catalán no es terrorismo. Van a estar todos los independentistas catalanes amnistiados porque no son terroristas”. Unas palabras que según varias informaciones no cayeron en saco roto -ya que gustaron en el bando separatista- y formaban parte del nuevo plan para encauzar la relación con los de Puigdemont que, en este punto, se saben dominadores de la situación y con gran poder para maniobrar y exigir a sus anchas.

Por lo tanto y a pesar de la humillación, el Gobierno abría de nuevo de par en par la posibilidad de seguir buscando un acuerdo en torno a la ley de amnistía que bordeará en todo momento la Constitución y la justicia. Y la nueva vía que se puede vislumbrar en el horizonte ya fue puesta en conocimiento de los independentistas por parte de Jaume Asens, de Sumar, y que se ha convertido en el intermediario principal en esta relación de puro interés. 

Esta consistiría en que la proposición de ley de amnistía se quede, en sus pilares básicos, tal y como está redactada actualmente -aunque incluyendo las últimas enmiendas que no salieron y ciertos puntos que se acuerden durante esta nueva etapa de negociación- y que acto seguido se aborde una reforma del Código Penal para modificar la definición de los delitos de terrorismo. Al estilo de la derogación del delito de sedición llevada a cabo por el Ejecutivo de Sánchez para precisamente lo mismo: contentar las exigencias de sus socios.

De esta manera la ley de amnistía se quedaría -con esos cambios de las enmiendas rechazadas el miércoles- como quiere el PSOE y los acusados del procés serían amnistiados tal y como desea Junts. Algo que visto lo visto va a suceder de todas las maneras. Todo parte de un plan urdido por el ‘sanchismo’ para intentar hacer ver que no están a los pies de los caballos cuando la realidad es que nunca antes un Gobierno había estado tan atado de pies y manos.