Los populares pactan una deflactación del IRPF en la Diputación de Álava, donde los peneuvistas gobiernan en minoría. Ambas partes empujan la puerta hacia nuevos acuerdos.
Acostumbrada a moverse poco o nada, por la hegemonía hasta ahora del PNV y la estabilidad de sus pactos con el PSE, estas últimas horas el País Vasco ha vivido un pequeño temblor en forma de inédito pacto entre los peneuvistas y el PP de Alberto Nuñez Feijóo.
Un acuerdo que, según recalcan en el propio PNV abre la puerta a futuros entendimiento entre Sabin Etxea y Génova 13 y que llega casualmente después de que los socialistas hayan pactado con Bildu la entrega a Arnaldo Otegi de la alcaldía de Pamplona arrebatándosela a UPN.
La “reconciliación” entre los de Ortuzar y Feijóo llegó este miércoles con un acuerdo fiscal en Álava para deflactar un 2,5 por ciento el IRPF. Pero lo más importante es que ambas partes reconocen que abren la vía para futuros acuerdos.
El líder del PP vasco se acaba de anotar su primer éxito nada más llegar al cargo.
Y, de paso, el nuevo líder del PP vasco Javier Andrés demuestra su estrategia para recuperar la capacidad de influencia de las siglas populares en el País Vasco. Y, a pocos meses de las elecciones autonómicas, sacude el mapa de las posibles alianzas postelectorales en tiempos en los que el PNV recela de Pedro Sánchez y sus intenciones de editar un tripartito PSE-Bildu-Sumar.
Este acuerdo le sirve además a Feijóo para su cita de este viernes con Sánchez. Porque tumba el argumentario de Moncloa de que el PP esta solo y solamente puede tejer alianzas con Vox. Ahora, tras el pacto en Álava con el PNV parece evidente que el PP está mucho menos solo de lo que Sánchez intenta vender.