| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo Casado, Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso
Pablo Casado, Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso

La feroz respuesta interna a Casado dispara la "vía Feijóo"

Ante esta sangría retransmitida en directo, los barones regionales deben ser capaces de dar certidumbre y gestionar el descontento

| Antonio Martín Beaumont España

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Los afiliados del PP colocaron a Pablo Casado al frente de su organización con ansias verdaderas de renovación. La corrupción les martirizaba. Y ahora se encuentran con que el secretario general designado por él, Teodoro Garcia Egea, y un grupo de “fontaneros” vidriosos como Ángel Carromero son capaces de montar un sistema de espionaje para recabar ilegalmente datos que corten las alas al principal activo del partido, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Y todo para evitar que sea presidenta en un congreso regional. Lógico que la calle Génova retumbe pidiendo dimisiones. 

Durante meses, el presidente popular ha visto cómo el secretario general y sus torpes “chiquilicuatres” han sembrado insidias contra Isabel Díaz Ayuso en reuniones con periodistas seleccionados. Y cuando todo el pastel, lógicamente, sale a la luz pública, el número dos del PP aparece en rueda de prensa para amenazar con un expediente informativo, que puede llevar a la expulsión, a su lideresa autonómica de referencia, a quien niega la sacrosanta presunción de inocencia dentro de unas siglas que han vivido injusticias como la cometida con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que se llevó su vida por delante.

Pero cuando creíamos que el sainete negro no podía llegar a más, nos desayunamos el viernes con que el mismo Casado acude al programa de Carlos Herrera, en una emisora de tanta influencia entre la parroquia del PP como la COPE, para esparcir estiércol no ya solo contra su “gran amiga Isa” sino, ampliando el tiro, contra el gobierno de la Comunidad de Madrid, acusándole de poca ejemplaridad en sus contratos durante la pandemia, cuando más muertes había. El destrozo ya no se podía coser.

Suma y sigue: escuchado Casado, cuando todo apunta a que desde el cuartel general del partido van a hacerse públicas las pruebas “irrefutables” que han llevado a sus dos máximos dirigentes a hacer tales acusaciones públicas… resulta que no tenían nada que las sostuviese. Eran simples rumores de mentideros averiados. De hecho, ese mismo día “la nacional”, presionada por dirigentes que siguen teniendo la cabeza en su sitio, tuvo que aceptar que el expediente abierto a Ayuso se iba a cerrar “satisfactoriamente” tras el comunicado que ella misma había hecho público horas antes.

Antonio Martín Beaumont: "Jamás hubiese pensado que un presidente del PP podía derrotar así. Al final, por una pelea infantil, aconsejado por quienes deberían ser apartados de la política, ha credo un problemón".

Jamás hubiese pensado -y siento decirlo porque estimo de verdad personalmente a Casado- que un presidente del PP podía derrotar así. Al final, por una pelea infantil, por celos, cegado por un típico “aquí el que manda soy yo”, aconsejado por quienes deberían ser apartados de la política -desde luego, de la sala de máquinas del Partido Popular-, ha credo un problemón que ha incendiado a su formación, ha colocado en riesgo al gobierno de Ayuso y al Ayuntamiento de Madrid y ha dado alas a Pedro Sánchez, que se ríe desde La Moncloa.

Desconozco a estas horas si Casado y su gente se atrincherarán en la torre de marfil de Génova 13 buscando que los días pasen y las aguas vuelvan a su cauce. Es complicado analizar los pasos futuros de quienes se han comportado como políticos descompuestos que se saltan límites infranqueables y no tienen reparos a la hora de utilizar cualquier medio para cortar la carrera política de compañeros. No creo que el presidente del PP tenga ya salvación. Y si siguen en la dirección las personas de las que se ha rodeado, las que no tienen futuro son las siglas.

Ante esta sangría retransmitida en directo, los barones regionales deben ser capaces de dar certidumbre y gestionar el descontento. Claro. Todas las miradas se posan sobre Alberto Núñez Feijóo, el decano. El partido le ha dado mucho al presidente gallego. Y él ha obtenido cuatro mayorías absolutas que han hecho muy feliz a su familia ideológica. En este minuto, tiene la “auctoritas” para cerrar brechas, trabajar por reconstruir la ilusión perdida y preparar las elecciones.