El Rey se "elevará" para preservar a la Corona de la emboscada de Frankenstein

En el Palacio de la Zarzuela se instaló hace meses la convicción de que si el discurso del Rey el 3-0 era determinante por obligado, el de este sábado reclama al Jefe del Estado la mayor prudencia institucional posible para elevar a la Corona por encima del barrizal político y partidista. Es lo que fuentes de la Casa Real definen con ironía como “decir sin hablar”.

Estas mismas fuentes reconocen a ESdiario que tal vez junto al citado del 3-O, el mensaje de Felipe VI esta próxima Nochebuena sea “el más estudiado de su reinado”. Y los veteranos de Zarzuela añaden, uno de los más “cocinados” en la historia de la Institución”.

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De hecho, el Rey -como adelantó ESdiario- personalmente lleva semanas conversando con expertos constitucionalistas, con destacadas personalidades e intelectuales y exministros de PSOE y PP para sondear su opinión sobre la gravísima crisis institucional provocada por Pedro Sánchez.

El Rey es también consciente de que tras el TC, el CGPJ, el Supremo, la Fiscalía, y las Cortes Generales, el próximo objetivo de Sánchez y ERC es él. Los primeros ya han sido asaltados por el sanchismo, pero el Rey de momento solo ha sido ninguneado.

La conclusión es unánime: el Monarca debe lo primero elevarse por encima de la trifulca política, ejercer su papel moderador y preservar la sagrada neutralidad de la Corona. Otra cosa será caer en la trampa que le ha tendido el Gobierno y sus costaleros de Frankenstein.

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El entorno de Felipe VI reconoce que el Jefe del Estado va a defraudar a muchos. A los que desde la izquierda -con el agitador Odón Elorza de vocero mayor- le exigen que tome partido por Sánchez y abronque a Feijóo. Y a los que desde el centroderecha le reclaman que lance en Nochebuena un rapapolvo histórico a Sánchez por su asalto al TC. “No lo hará porque no lo puede hacer”, se zanja desde los aledaños de Zarzuela.

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Eso sí, el Rey va a enfatizar tres cosas muy claras: la plena vigencia de la Constitución como garante de la unidad -y la diversidad- de España, la urgencia de recuperar los valores de la unidad y la concordia, y la garantía de que la Princesa Leonor blinda la continuidad de la Corona como Jefatura del Estado. Esas son las líneas rojas que Moncloa -que ha supervisado el discurso- no ha podido cruzar.

La conclusión es unánime: el Monarca debe lo primero elevarse por encima de la trifulca política, ejercer su papel moderador y preservar la sagrada neutralidad de la Corona. Otra cosa será caer en la trampa que le ha tendido el Gobierno

El Rey es también consciente de que tras el TC, el CGPJ, el Tribunal Supremo, la Fiscalía, y las Cortes Generales, el próximo objetivo de Sánchez y ERC es él. Los primeros ya han sido asaltados por el sanchismo, pero el Rey de momento sólo ha sido ninguneado.

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Por eso, Felipe VI no solo afronta el decisivo mensaje de este sábado en defensa de la media España que Sánchez y sus socios humillan cada día. Lo afronta también en defensa propia.