| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Pedro Sánchez, en un acto de la campaña electoral andaluza.
Pedro Sánchez, en un acto de la campaña electoral andaluza.

El "test de estrés" de Sánchez: el PSOE desnortado reclama una catarsis el 20-J

La cuenta atrás de las elecciones andaluzas se vive de muy distinta forma en Moncloa y entre los barones. Unos apuestan por llamarse a andanas. Los otros, por pensar ya en medidas drásticas

| Javier Ruiz de Vergara España

Frases como “esto no puede seguir así” se escuchan cada vez con mayor frecuencia en los círculos de poder socialista. Comienza la cuenta atrás -solo tres días- para la que será la tercera derrota consecutiva de Pedro Sánchez en las urnas y el todo PSOE tiene dos conclusiones coincidentes sobre lo que se le viene encima.

La primera, que su líder no dará la cara públicamente en la noche del domingo. Pero, la segunda, que en La Moncloa están obligados a tomar medidas drásticas a la vuelta de la cumbre de la OTAN, el gran trampantojo del presidente y sus hombres para cerrar cuanto antes la dolorosa página andaluza.

 

Por cierto, no son pocos los dirigentes del PSOE -antaño enemigos íntimos de Iván Redondo- los que recuerdan con ironía estos días que la única campaña victoriosa del PSOE fue la de Salvador Illa en las catalanas, la misma que el gurú fulminado pilotó sobre el terreno guiando al PSC.

En el PSOE, y más aún en el equipo del propio candidato Espadas, se dan de bruces estos días contra una estrategia tan errónea y errática como la que Sánchez ordenó en Madrid el 4-M. “Empezamos la campaña arremetiendo contra el PP corrupto de la Gürtel y la terminamos con Zapatero reivindicando el legado de Cháves y Griñán. Casi nada”, se escucha decir a dirigentes aún vinculados al susanismo.

 

Muchos socialistas creen que el despliegue de Lastra y Zapatero en la recta final de la campaña no ha hecho más que ahuyentar a los socialistas indecisos.

 

Lo cierto es que Sánchez ha empujado a tal esquizofrenia al votante socialista indeciso que ha provocado el mundo al revés en el caladero de la izquierda andaluza. Con Yolanda Díaz pidiendo el voto útil a los socialistas para su experimento de Por Andalucía.

En Ferraz y en Moncloa se tientan la ropa en estos últimos días de campaña convencidos del que la suerte está echada. Y que los últimos mítines de Adriana Lastra apelando al viejo lema de ¡Que viene la derecha! es un brindis al sol.

Una estrategia fallida que se suma a un Sánchez que lejos de movilizar, desmoviliza, y a unos ministros convocados a vender su logros en campaña... en una situación de crisis política, económica, social y de credibilidad sin precedentes.

 

Como adelantó el martes el director de ESdiario, Antonio Martin Beaumont, en el Ala Oeste de La Moncloa ya tienen a esta hora su hoja de ruta clara para la noche del domingo de las urnas. Endosar el fracaso a Juan Espadas. Es más, ya circula la especie de que Sánchez ha reconocido en privado que tal vez su elegido no era el candidato adecuado, y que se ha minusvalorado el tirón de Juanma Moreno.

Y como en las paredes de los caserones de los veteranos cazadores, el taxidermista del sanchismo se prepara para colocar en Moncloa la cabeza de Espadas como recuerdo del paso de Sánchez por Andalucía. Justo al lado de las de Susana Díaz, Salvador Illa, Ángel Gabilondo y Luis Tudanca.

Y el lunes rumbo a los oropeles y los flashes de la cumbre de la OTAN de dentro de quince días.