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Carles Puigdemont ríe a carcajadas
Carles Puigdemont ríe a carcajadas

Las cartas que Puigdemont se guarda para cobrárselas caras a Pedro Sánchez

En la mansión de Waterloo "acarician un gato": tienen la sartén por el mango y muchos asuntos pendientes, desde la vuelta del expresidente fugado, a la venganza por la alcaldía de Barcelona

| Enrique Martínez España

Junts no es ERC ni un partido cualquiera -ni siquiera ellos mismos saben cómo definirse en el espectro- , y su apoyo no va a salir tan barato como el que hasta ahora tenía Pedro Sánchez de Gabriel Rufián y Oriol Junqueras. Y más viendo que esa colaboración de ERC con el PSOE ha acabado con los republicanos perdiendo 6 escaños que se ha chupado el PSC.

Junts además tiene muchas cuentas pendientes con el PSOE que ahora puede usar para cobrarse o para exigir, o como temen en Ferraz, para bloquear o impedir una investidura futura de Pedro Sánchez. La venganza es un plato que se sirve frío y los de Puigdemunt podrían estar cocinándola, a la espera de que los socialistas hagan una buena propuesta culinaria, algo en lo que Pedro Sánchez es experto: negociar con el independentismo.

Además del famoso tema del ex presidente fugado, Carles Puigdemont, que es quien desde Waterloo marca la línea del partido, hay más frentes con los que Junts puede negociar o bloquear. Evidentemente, que Puigdemont pudiera volver a España sin pisar la prisión y se retirara la euroorden de detención contra el ex presidente es una baza para negociar importante.

 

Junts ha exhibido en los últimos años una línea más radical que ERC -que optó por el pactismo con el PSOE- dentro del independentismo, y sus seguidores esperan conseguir un referéndum de autodeterminación, una línea muy delicada incluso para Pedro Sánchez porque choca con la Constitución. Si no hay nuevo referéndum -aunque se inventen una fórmula legal para ello-, puede no haber investidura de Pedro Sánchez.

Asimismo, los de Puigdemunt están muy molestos con la pérdida de la alcaldía de Barcelona hace solo un mes, que parecía destinada a Xavier Trias, de Junts, la lista más votada, pero acabó en manos del socialista Jaume Collboni. Ya lo expresó Trias con su famoso “qué os den”, y sus seguidores podrían pedir ahora devolver la jugada y decir no a Pedro Sánchez.

Lo mismo que la inhabilitada Laura Borràs, ex presidenta del Parlament y sacrificada de la causa de Junts. Laura Borràs, que es una de las manos derechas de Puigdemont, podría tener muchas ganas de bloquear ahora al PSOE tras ver como a ella no le apoyaron y acabó fuera de la segunda autoridad de Cataluña.

Además, está la guerra dentro del independentismo, donde ERC superaba a Junts pero ahora tras el desplome de ERC y su colaboración con el PSOE han quedado casi empatados. Aviso a Junts: colaborar puede lugar salir caro en las urnas. Y se suma que Junts no es un partido homogéneo. Pese a venir de antigua CiU, no queda nada de esa época, hay varias facciones, desde la burguesía catalana clásica estilo Trias a los que van en contra de colaborar en cualquier cosa con el Estado al estilo CUP. Un guirigay que impide hasta saber si Junts es izquierda o derecha, independentismo radical o no.

Por ahora, las voces públicas de Junts, como su secretario general, Jordi Turull, advierten de que “no veo la investidura de Pedro Sánchez por ningún sitio ahora mismo”. El propio Puigdemont tuiteaba con un “no hagamos la Pascua antes de Ramos”, en aviso al PSOE y que no dé por hecho el sí. Pero el sanchismo si algo ha enseñado es que las cosas cambian muy rápido, y lo que hoy es no mañana puede ser sí. Todo depende del cortejo.