| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Irene Montero traspasa su cartera de Igualdad a Ana Redondo.
Irene Montero traspasa su cartera de Igualdad a Ana Redondo.

Otro 8M a codazos en la izquierda feminista pese al "despido" de Irene Montero

La vertiginosa actualidad política española ha dejado en un segundo plano el escándalo de la ley del sí es sí y el legado de la exministra de Igualdad dinamitando la unidad del feminismo.

| Javier Ruiz de Vergara España

Si Pedro Sánchez pensaba que con el despido de Irene Montero del Ministerio de Igualdad se iba a poner fin al cisma total en el movimiento feminista, este mismo jueves 8 de octubre va a tener una nueva demostración del fracaso de sus expectativas.

Las calles de Madrid acogen este primer 8M sin Podemos ni Irene Montero en el Gobierno con un escenario demoledor para la estrategia monclovita: la misma división que antes, los efectos devastadores de la ley del sí es sí -que solo la vertiginosa actualidad política ha dejado en segundo plano-, con el feminismo clásico del PSOE enfrentado al movimiento alimentado por Podemos desde su llegada al Congreso, y con Sumar exigiendo la dimisión de la número dos de la ministra Ana Redondo como directora del Instituto de la Mujer. La condena de Isabel García, no ceder y plantar cara ante el lobby trans.

Por si fueran pocos los líos heredados por la ministra Ana Redondo de Irene Montero, el PSOE se enfrenta a una inminente emboscada que le van a tender Sumar y Podemos: seguir la estela de Francia y forzar que las Cortes blinden el derecho al aborto en la Constitución.

Por el momento, las feministas del PSOE que se aglutinan aún bajo el referente de la ex vicepresidenta Carmen Calvo no han logrado imponer una línea clara de proyecto en Igualdad. Tal vez por que la ministra Redondo bastante tiene con ir apagando los incendios dejados por Montero y su pirómana ex número dos Ángela Rodríguez Pam.

Dan por hecho en el PSOE, además, que Podemos busca en el movimiento feminista mimado en su día y regado de subvenciones el caladero de voto para la campaña a las europeas que encabeza la propia Montero.

De hecho, este mismo miércoles la exministra ha aprovechado el foco de la víspera del 8M para pasar facturas pendientes al asegurar que Pedro Sánchez quería que ésta fuera una "legislatura en la que el feminismo estuviese silenciado".

Así se ha expresado la candidata de Podemos a las europeas en una entrevista en TV3 en la que también ha aludido a aquellas manifestaciones del jefe del Ejecutivo en las que reconocía que las feministas habían ido "demasiado lejos" y que labor de Montero al frente del Ministerio de Igualdad "había molestado mucho a sus amigos de 40 y 50 años".

Por si fueran pocos los líos heredados de la ministra Redondo, el PSOE se enfrenta a una inminente emboscada que le van a tender Sumar y Podemos: seguir la estela de Francia y forzar que las Cortes blinden el derecho al aborto en la Constitución. Una bomba de relojería perfecta para que Pedro Sánchez disponga de una baza para entrampar al PP y resucitar a Vox.

 

Ministras y dirigentes del PSOE en la marcha del 8M del año pasado.

 

En este escenario, la división se hará patente de nuevo este jueves en la calle. La capital volverá a tener dos marchas enfrentadas el 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer. Ambas comparten “la denuncia del genocidio israelí contra la población palestina”, entre sus reivindicaciones, este 2024, como en años anteriores, marcharán de manera separada.

 

La principal y más multitudinaria estará encabezada por la Comisión 8M bajo la lema Se acabó, que centrará su protesta en “el patriarcado, los genocidios y los privilegios”. Con la movilización de este año, este grupo pretende denunciar “la situación estructural de violencia machista y la vulneración constante de los derechos humanos”.

La exministra Montero ha aprovechado el foco de la víspera del 8M para pasar facturas pendientes al asegurar que Pedro Sánchez quería que ésta fuera una "legislatura en la que el feminismo estuviese silenciado"

Por otro lado, la convocada por el Movimiento Feminista de Madrid -más afín al fenimismo clásico del PSOE-, contraria a la Ley trans, exige la abolición de la prostitución y hace hincapié en la brecha salarial entre ambos sexos.