| 08 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez, este miércoles en el debate de TVE.
Sánchez, este miércoles en el debate de TVE.

Euforia de Yolanda tras "enterrar" Podemos, Sánchez se encomienda a sus mayores

La líder de Sumar se autoproclama vencedora del debate y el presidente lo fía todo a la puesta en escena de algunos rostros del "viejo PSOE", con reproche incluido a Felipe González

| Esther Jaén España

 

El día después del debate a tres, porque el candidato Alberto Núñez Feijóo no quiso comparecer en el que, desde el PP bautizaron como “el debate de los perdedores”, las alegrías van por barrios. En el barrio de la izquierda, sin duda, mucha es la alegría en la casa de “Sumar” y, en especial, en el entono de Yolanda Díaz. Dicen los suyos que ganó el debate, además de cumplir con creces sus expectativas.

 

A saber: antes del debate, Díaz y Pedro Sánchez o “Yolanda y Pedro”, como ellos mismos quisieron tratarse durante buena parte de los lances, tenían pactado al milímetro el reparto de papeles, de temas, de actitudes e incluso, de silencios. De hecho, lo de “Yolanda y Pedro” estaba acordado en un intento por mostrar a sus potenciales votantes que son capaces de entenderse y que, de haber una nueva oportunidad, no volvería a haber un gobierno “a la gresca” permanentemente, como ha ocurrido en la legislatura que acaba de concluir.

Sánchez quería desterrar la imagen desabrida que pudo causar al electorado tras el cara a cara con Feijóo, y optó por mantener un tono presidencialista, más institucional, empeñado en contextualizar su gobierno y las dificultades de todo tipo a las que tuvo que enfrentarse

Esa era una de las líneas estratégicas que el bloque de la izquierda puso en marcha ayer, junto con otra que se viene manteniendo en vigor desde que Sánchez disolvió las Cámaras: el “borrado” de “Unidas Podemos”, grupo parlamentario al que pertenecía la actual líder de “Sumar” y que no fue mencionado por ninguno de los dos aliados, tal vez porque su experiencia con Pablo Iglesias, Irene Montero o Pablo Echenique se convirtió en algo para olvidar, o quizás creyeron que es mejor que el electorado no les recuerde, ni les asocie a ellos, pese a haber sido los socios de cabecera y que les trajeron de cabeza en la coalición.

Con todo, Sánchez quería desterrar la imagen desabrida que pudo causar al electorado tras el cara a cara con Feijóo, y optó por mantener un tono presidencialista, más institucional, empeñado en contextualizar su gobierno, las dificultades de todo tipo a las que tuvo que enfrentarse y la resolución de las mismas.

 

 

Era Yolanda Díaz quien tenía que encararse con Santiago Abascal, por “machista” y por “negacionista” de la violencia de género, del cambio climático y otras tantas cosas. El único reproche que se reservó Sánchez para sí – más allá de comentarios sobrevenidos sobre temas que iban surgiendo- fue el del “antieuropeísmo” del candidato de Vox. El resto fue tarea de Yolanda Díaz, que entonó el ”misión cumplida” ante los suyos en cuanto concluyó el debate.

“Borrado” de Unidas Podemos, grupo parlamentario al que pertenecía la actual líder de “Sumar” y que no fue mencionado por ninguno de los dos aliados, tal vez porque su experiencia con Iglesias, Montero o Echenique se convirtió en algo para olvidar

Frases como “no le tengo miedo, señor Abascal” o “deje de reírse de las mujeres” estaba claro que iban a salir de su boca. No tenían claro, en cambio, si Abascal entraría al cuerpo a cuerpo o perdería los papeles ante las diatribas de Díaz. Pero Abascal iba preparado también y se cuidó mucho de meter la pata y dar una baza enorme a su bestia negra: la izquierda.

Podemos, como la "peste"

En todo caso, en Sumar se dan por más que satisfechos con los efectos del debate. Aseguran que ha permitido visibilizar a Yolanda Díaz y al proyecto de “Sumar”, desvincularlo de Podemos y colocarla con serias posibilidades de ser la líder de la tercera fuerza política, desbancando de ese puesto a Vox. Las urnas dirán…

En el caso de Sánchez, en ausencia de Feijóo, le era más rentable la confrontación entre Díaz y Abascal, para permitir fortalecerse a la que espera sea su báculo y sostén en el Ejecutivo y no perderse en batallas con quien no debe ser su rival - entienden en el PSOE- puesto que a lo máximo que aspiraría es a ser el vicepresidente en un Gobierno presidido por Alberto Núñez Feijóo.

Pese a no haberlos tenido muy en cuenta, Sánchez mira ahora a sus mayores y espera poder dar un empujón a la intención de voto para el PSOE. Todo ello mientras circula de boca en boca un reproche contra el expresidente Felipe González.

En todo momento, vicepresidenta y presidente, señalaron como “el representante del PP y de Feijóo hoy aquí” a Abascal, sabedores de que lo último que quiere Feijóo es tener que meter en su Gobierno a Vox, tal como no deja de repetir y como el propio Abascal subrayó en varias ocasiones durante el debate. Otra cosa es que, a la fuerza ahorquen y no le quede más remedio.

Los "viejos rockeros" del PSOE

A los socialistas no les desagrada el resultado del debate, pero, por ser sinceros, ellos tienen más esperanzas puestas en “el empujón de última hora” que creen que pueden suponer los manifiestos de apoyo a Pedro Sánchez, presentados por antiguos dirigentes y ex ministros socialistas, como José María Maravall, Enrique Barón, Narcís Serra, Javier Solana, Carlos Solchaga , el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y buena parte de quienes fueron sus ministros (José Blanco, Miguel Sebastián, Jordi Sevilla o Mariano Fernández Bermejo entre otros muchos).

 

Para el entorno de Sánchez es crucial conseguir que esos votantes que siempre fueron fieles al PSOE y se han desmarcado en los últimos años, tras su política de pactos y alianzas, vuelvan a darle un margen de confianza, con la ayuda de los más “senior” del socialismo.

A Sánchez, en ausencia de Feijóo, le era más rentable la confrontación entre Díaz y Abascal, para permitir fortalecerse a la que espera sea su báculo y sostén en el Ejecutivo y no perderse en batallas con quien no debe ser su rival

Pese a no haberlos tenido muy en cuenta, Sánchez mira a sus mayores y espera poder dar un empujón a la intención de voto para el PSOE. Todo ello mientras circula de boca en boca un reproche al expresidente Felipe González.

Desde el entorno de Sánchez le reprochan, sin ir más lejos, que si bien ahora ha pedido que se permita gobernar a la lista más votada, igual que hizo cuando Mariano Rajoy ganó sin mayoría en 2015, nunca hizo el mismo llamamiento cuando, en 2019, la lista más votada fue la encabezada por Pedro Sánchez. Ahí queda eso.