| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un momento de la sesión de control al Gobierno
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un momento de la sesión de control al Gobierno

¿Qué gana y a qué se arriesga Feijóo en la reunión del viernes con Sánchez?

En el PP están satisfechos con la manera en la que han salido de la 'trampa' tendida por Sánchez con la reunión propuesta. Feijóo ha conseguido imponer un orden del día y un escenario.

| Benjamín López España

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha logrado salir airoso de la trampa tendida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la convocatoria a una reunión entre ambos realizada de manera un tanto despectiva y totalmente impropia en las formas. Este miércoles, el gallego se sacó un conejo de la chistera, logró darle la vuelta a la tortilla y tomar la iniciativa. 

La ‘invitación’ de Sánchez a un encuentro en La Moncloa era una trampa en toda regla. Si Feijóo se negaba lo iban a utilizar desde el PSOE -de hecho ya lo estaban haciendo- para echarle en cara su falta de espíritu democrático al no querer siquiera dialogar con Sánchez para intentar buscar puntos de acuerdo entre tanta crispación. Si aceptaba sin más, no solo quedaba como un pelele manejado a su antojo por el presidente del Gobierno sino que le regalaba una foto que busca el propio Sánchez para legitimarse en un momento de mucha debilidad.

Feijóo toma la iniciativa

Este miércoles, en el Congreso, desde la tribuna de oradores y sin escapatoria para Pedro Sánchez, Feijóo tomó la delantera. Le propuso un encuentro con una agenda pautada que incluye temas como la amnistía; el lawfare; las negociaciones en el extranjero con Junts en presencia de un verificador internacional, y la moción de censura en Pamplona para entregarle ese ayuntamiento a Bildu. Son asuntos muy incómodos para el Gobierno que el PP ha logrado meter en la agenda de esa reunión, de tal manera que el foco se ponga ahí y no en donde le interese a Sánchez. 

Sánchez no podía decir que no, aceptó entre reproches e incluso tragó con lo de verse en un terreno neutral como el Congreso. De un plumazo, Feijóo lograba imponer su agenda y su relato, de tal manera que la foto del apoyo a Sánchez se convierte en la foto del líder del PP pidiendo explicaciones al jefe de Gobierno. 

Imagen de dos iguales negociando de tú a tú 

Que el encuentro sea en el Congreso y no en La Moncloa es un gol que Feijóo ha colado a Sánchez. Eso les pone en la misma situación. El presidente pretendía llamar a Feijóo a La Moncloa, como si de un ministro o un subordinado se tratara, pero él impone otra lógica, la de un encuentro entre los líderes del PP y del PSOE: no es un trágala, son dos políticos negociando cuestiones de interés general y si quiere alcanzar acuerdos ambos tienen que ceder. 

Posibilidad de algún acuerdo: CGPJ con condiciones

Desde la dirección del PP, no obstante, mantienen viva la esperanza de poder llegar a algún acuerdo. Sánchez va a tratar de desviar el foco de la reunión por completo hacia un único asunto: la renovación del CGPJ. En la calle Génova lo saben y van a ir a repetir su planteamiento: “se puede renovar el CGPJ siempre y cuando Pedro Sánchez admita por escrito las bases para imponer un nuevo sistema de elección en el que sean los jueces los que elijan a los jueces”, señalan fuentes de la dirección del PP. 

El riesgo de que Sánchez engañe a Feijóo

En todo caso, el encuentro no está exento de riesgos. Entrevistarse con Pedro Sánchez, el hombre sin palabra, es complicado porque su interlocutor sabe que está intentando llegar a acuerdos con alguien que casi nunca hace lo que dice sino todo lo contrario. Si se compromete a no pactar con Junts, pacta; si dice que no habrá acuerdos con Bildu, le regala el Ayuntamiento de Pamplona; si afirma que la amnistía es inconstitucional, prueba una amnistía. Y así con casi todo.  Es decir, estrechar la mano de Sánchez entraña un claro peligro, que Sánchez esté mintiendo. 

Vox, al acecho: otro peligro

No es el único riesgo que entraña la operación. Hay otros aún más evidentes que ya han empezado a aflorar. El principal es que Vox trate de sacar tajada acusando a Feijóo de ser un colaboracionista con el enemigo al aceptar la reunión. “Un gigantesco error”, ha dicho Abascal al respecto antes de pronosticar que “acabará pactando el CGPJ”. 

El relato mediático de la reunión

El tercer riesgo que corre Feijóo es que Sánchez tenga alguna encerrona preparada, nada descartable, o que utilice a su infantería mediática para dirigir el foco donde quiera el Presidente.

Lo más probable es que, se hable de lo que se hable, no haya acuerdos y en ese escenario la partida la decide el relato, el que logra imponer su versión de los hechos. El poderío mediático de la izquierda es superior y ahí puede tener las de ganar Sánchez. Igual que se ha impuesto en la opinión pública, como un dogma, que la culpa de que el CGPJ no se renueve es del PP que bloquea el acuerdo, se puede imponer ahora también el punto de vista que Moncloa quiera lanzar a través de sus altavoces mediáticos, que son muchos y muy poderosos.