| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Yolanda Díaz
Yolanda Díaz

Podemos, desolado y sin rumbo, se encomienda a una Yolanda Díaz desaparecida

La presencia del principal activo del partido, la ministra de Trabajo, ha sido testimonial en la campaña electoral, y su reacción ante el desastre en las urnas ha sido nula.

| Yolanda Lorenzo España

Las elecciones en Castilla y León  ha rubricado dos certificados de defunción. El primero el de Ciudadanos, que ha pasado de ser parte del Gobierno a mera comparsa en la amalgama de partidos que conformarán las Cortes, y el segundo el de Podemos, que ha perdido uno de los representantes de los dos que tenía. La tendencia es clara, los morados se desangran y la única que parecía tener la posibilidad de suturar la herida abierta tras el fiasco en Madrid y la marcha de Pablo Iglesias era Yolanda Díaz, que ha estado desaparecida durante la campaña y en las horas posteriores a la votación.

La presencia de la ministra de Trabajo en la campaña ha sido meramente testimonial. Un pequeño acto que se ha justificado tirando de la apretada agenda de Díaz, enfrascada con su reforma laboral y su subida del SMI, pero que esconde el deseo de la 'lideresa' de la izquierda de no quemarse demasiado de cara a su objetivo real, las elecciones generales.

Fue una pequeña aparición en el municipio de Castronuño, en el que respaldó al candidato morado, Pablo Fernández, y a partir de ahí desapareció de todo lo que tenía que ver con la campaña, consciente de que las encuestas no eran nada favorables para los morados.

 

De hecho, el desastre de Podemos en las elecciones ha sido mayúsculo y Yolanda Díaz ha permanecido en el más absoluto de los silencios. Ni una frase, ni un mensaje en las redes sociales. Nada. Y es que, a la vista de los hechos, parece claro que la de Castilla y León no era la guerra de Díaz. Su objetivo es mucho más alto y no quiere que nada lo empañe, ni siquiera los resultados de Podemos, el mismo que la respalda y que le ha aupado hasta la posición que ahora ostenta. 

Los que sí han salido a valorar los resultados obtenidos por la formación han sido el resto de líderes del partido y no precisamente para hacer una crítica y analizar las causas que le han llevado al desastre sino todo lo contrario, para cargar contra el PP y Vox, llegando a insinuar que está en peligro la democracia.

Resucitan la "alerta antifascista"

Aquella "alerta antifascista" cacaerada por Pablo Iglesias tras las elecciones andaluzas en las que por primera vez Vox llegaba a las instituciones, se ha visto redoblada una vez que la formación de Abascal tiene en su mano la posibilidad de entrar en un gobierno.

Por ello, en lugar de poner el foco en sus resultados, desde Podemos han preferido poner en el acento en el apabullante resultado de Vox, cuestionando incluso su legitimidad. De hecho, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha señalado que "el PP convocó unas elecciones a medida y su deriva ultra sólo ha engrosado a Vox. Pierde la democracia en estas elecciones".

 

En la misma línea, desde IU y el PCE, ambos integrantes del espacio confederal, han hecho lo propio. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha  expresado "preocupación" por el resultado de las elecciones en Castilla y León y cree que la izquierda, "en especial", debe estudiarlos detenidamente.

También, Enrique Santiago, líder de los comunistas y secretario de Estado para la Agenda 2030 ha calificado de "muy preocupante" el resultado de los comicios. No precisamente por el fiasco morado, sino porque, a su juicio, "el PP convocó las elecciones con la idea de asediar al Gobierno de España, ha engordado a la ultraderecha y gobernará Vox".

Por ello, ha continuado explicando que desde Podemos "nos toca trabajar muy duro. La democracia y nuestros derechos están en entredicho. No vamos a darnos descanso". Una declaración de intenciones que se olvida de la autocrítica y que censura de la forma más sectaria el ascenso de Vox.

Y es que, desde el espacio confederal prefieren olvidar ya los resultados electorales con la vista  puesta en la única esperanza que les queda, encomendarse a que el tirón de Yolanda Díaz sirva para evitar la defunción total de Podemos.